En el estadio del humilde club brasileño fueron velados los restos de los integrantes del plantel, cuerpo técnico y dirigentes de la institución, a la que la CONMEBOL decidió otorgarle el título de la Copa Sudamericana.

Todo Brasil despidió en lágrimas y bajo una lluvia torrencial a los integrantes del plantel, cuerpo técnico, dirigentes y allegados del Chapecoense muertos en la caída del avión de Lamia días atrás en cercanías del Medellín, durante un velorio colectivo realizado en el modesto estadio Arena Condá de Chapecó, en el sur del país. Y en el momento en que todavía desfilaban miles de personas por el lunes, se conoció la información de que la CONMEBOL decidió consagrar al Chapecoense como campeón de la presente edición de la Copa Sudamericana, cuya final precisamente tenía que empezar a jugar el miércoles pasado el humilde club brasileño, cuyo plantel no llegó a destino por la caída del avión que provocó conmoción mundial.

En esta ciudad agroindustrial de 200.000 habitantes, ubicada a 200 kilómetros de la frontera con Argentina, se llevó a cabo ayer una ceremonia con todos los honores de Estado y la presencia del Presidente de Brasil, Michel Temer, y el presidente de la FIFA Gianni Infantino, donde familiares de los futbolistas e hinchas pudieron dar el último adiós a los 64 brasileños muertos en el accidente, ceremonia que incluyó la lectura de un mensaje enviado por el Papa Francisco a esta comunidad del país más católico del mundo.

"Este equipo nos unió enseñando lo más valioso del ser humano, este equipo nos enseñó que todo es posible", dijo entre lágrimas el presidente en ejercicio del club fundado en 1974, Iván Tozzo, durante su discurso.




Reviví la emotiva ceremonia:


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La imagen era una de las más fuertes por la que pasó esta ciudad: cincuenta féretros distribuidos en una cancha de fútbol de los jugadores que le dieron identidad y buenos resultados al equipo de toda una ciudad. Todo el estadio, y la ciudad estuvieron en duelo: familias enteras con la camiseta verde del Chapecoense llorando por la calle, buscando explicaciones, sacerdotes católicos, pastores evangelistas, madres del candomblé y hasta un rabino consolaban a las familias, la mayor parte de otras latitudes de Brasil.

El estadio Arena Condá tuvo 20.000 espectadores, lejos de los 100.000 esperados, a causa de la lluvia que apenas paró al fin de la ceremonia, pasadas las 15.30 (14.30 hora de Argentina).Pero sin dudas uno de los picos de la emoción en la mañana fue cuando cincuenta féretros abanderados de verde y blanco ingresaron al campo de juego cargados por soldados del Ejército y la hinchada, en llanto, gritaba "El campeón volvió, el campeón volvió".


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Miles de flores comenzaron a llegar desde el viernes para los preparativos del funeral. Foto: AFP.


Los féretros llegaron en dos aviones Hércules C-130 de la Fuerza Aérea y fueron recibidos en el aeropuerto con honores militares en una ceremonia encabezada por el presidente Temer, tras lo cual fueron llevados al estadio del Chapecoense, donde en el campo de juego esperaban los familiares.

En la misma jornada se conoció de una fuente muy cercana al presidente de la CONMEBOL, Alejandro Domínguez, que el Chapecoense será declarado campeón de la Copa Sudamericana tal como había solicitado Atlético Nacional de Medellín. "La decisión ya está tomada y se comunicará en las próximas horas", contó el vocero. De esta manera el modesto club, además del título, recibirá el premio de dos millones de dólares otorgado por la CONMEBOL y jugará el año que viene la Recopa ante Atlético Nacional de Medellín, campeón de la Libertadores 2016.


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