En una semana, Fernando Blanco pasó de considerarse un padre heroico en España que recaudaba dinero para salvar a su hija enferma, a un presunto estafador que habría destinado gran parte de los donativos obtenidos, 918.000 euros, a gastos personales.
Hace sólo una semana, la historia de Nadia, de once años, y la lucha desde hacía ocho años de sus padres para encontrar un remedio a su enfermedad habían emocionado al país y despertado una ola de solidaridad.
La historia que contaba era épica: aunque los médicos le habían dicho que su hija moriría, él no se resignó. Viajó por medio mundo, contactó con los mejores especialistas e incluso con un eminente genetista que vivía en una cueva en Afganistán.
El lunes, un juez de Cataluña, donde reside la familia, abrió una investigación por presunta estafa y el miércoles la policía detuvo al padre después de que se saltara un control policial cerca de la frontera con Francia.
Pocas horas después detenían a la madre, una española de 44 años que fue puesta en libertad posteriormente para hacerse cargo de la niña, y registraron la vivienda familiar en un pequeño pueblo montañoso.
El padre pasó este viernes a disposición del juez, que debe interrogarlo y decidir si lo deja en libertad o decreta su ingreso provisional en prisión.