Con una jornada de cielo gris, Mar del Plata vivió un domingo de recambio. Los más chicos clamaban a los grandes por "un día más" de vacaciones; y los recién llegados -que fueron muchos- no ocultaron su entusiasmo.
MAR DEL PLATA (Enviado especial).- Domingo de playa. Sin sol agobiante, porque esta vez fueron las nubes, que poblaron el cielo durante toda la jornada, las que le dieron reparo a los turistas (los que se estaban por ir, los que recién llegados y los que se van a quedar unos días más). En esa disyuntiva estaba Daniel Casella, empresario de Chacabuco, quien disfrutaba de las últimas horas de playa junto a sus hijos, Nacho (14) y Francisco (10), que además de hacer maravillas con sus habilidades para el malabarismo con pelotas de tenis rellenas de arroz, se trenzaron en una partida de generala en la que se sacaron chispas con una familia de Florencio Varela.

Así son las vacaciones: diversión, descanso y encuentros con nuevas relaciones que, en muchos casos, se transforman en amistades duraderas y hasta en algún que otro noviazgo. Y aunque por estos tiempos el recambio de quincena es mucho menos marcado que en otras temporadas, un rápido recorrido por las calles y las playas, permitía reconocer quién llegaba y quién se iba.

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El saludo de "buen viaje" y "llamen cuando llegan" se repetía en varias esquinas, donde autos cargados de equipajes y chicos con cara larga, estiraban el cuello para pegarle una mirada al mar por última vez. Del otro lado, rostros cargados de entusiasmo con ganas de instalarse y salir rumbo a la arena, dejaban totalmente al descubierto su condición de "novatos del verano", al llegar a la playa mostrando su piel blanca resaltada por el contorno de las remeras que venían usando hasta el viernes pasado.

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La temperatura se mantuvo en niveles apacibles: la máxima no superó los 26 grados pero fue suficiente para que se pudiera disfrutar a pleno de la jornada incluyendo, de manera especial, las excursiones al mar. Esta vez sin viento, apenas una brisa que sopló de a ratos y sin generar problemas, los baños permitían prolongarse por varios minutos. Claro que, en esta actividad es necesario destacar que hay muchos que, por viejos prejuicios que les hacen sostener que "el agua del mar es helada", no se animan a mojarse más que los pies en la orilla; sin embargo, algunos integrantes de este grupo de timoratos, han resuelto este año internarse a la zona de la primer rompiente y terminaron cambiando su opinión: "La verdad, no creía que el mar iba a estar tan bueno; hacía años que no lo disfrutaba tanto", contó el Turco Jorge, después de haber sido revolcado por más de una ola.

Los que más duraron dentro del mar fueron los jóvenes que avisaban: "es el último día, tengo que gastarme adentro del agua". Junto con estas imágenes llegaban las promesas renovadas de "volver la semana que viene", o "aunque sea un par de días en febrero". Los menos ansiosos agradecían haber tenido mayoría de jornadas aptas para la playa durante la primera parte de enero. Las nubes que pintaron íntegramente de gris el cielo del domingo, no llegaron a transformarse en amenaza. De hecho, cada tanto se podía cruzar a algún turista, de esos que aseguran haber nacido en el campo y conocer los comportamientos del clima y sus modificaciones a la perfección, mirar al horizonte y asegurar: "un rato abre". Otros, a los que les llegaban noticias desde la Capital donde la lluvia parecía inminente, predecían con el pesimismo que nunca falta: "Me parece que se viene el agua".

Sobre las cinco de la tarde y con 23 grados clavados en el termómetro, la sensación térmica era agradable en zonas reparadas, pero el aire, llegando desde el Este, se hizo más fresco y difícil de soportar cerca de la orilla sin realizar alguna actividad física. Por eso, el deporte, en sus distintas variantes, se apoderó de la segunda parte de la tarde. El mar, de todas formas, siguió teniendo visitantes. No llovió, ni se abrió; tampoco hubo recién llegados de cuerpo blanco que hayan sufrido las consecuencias de una brusca exposición al sol. Eso sí, se vio más gente por todos lados: había comenzado la segunda quincena

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