Reconocido como uno de los 49 centros distinguidos en su especialidad en el mundo, el María Ferrer recibe de 80 a 100 pacientes diarios. "Podemos trabajar en red con otras clínicas", asegura su director.
Fue pionero en la asistencia respiratoria mecánica, como respuesta a la tan temida epidemia de poliomielitis de 1955. De hecho, el Hospital María Ferrer todavía alberga a algunos sobrevivientes de entonces. Seleccionado como uno de los 49 centros del mundo y, junto con el de Río de Janeiro, representante de Latinoamérica, el edificio ubicado en Barracas, es aún con "bajo perfil", como le gusta describir a su director Eduardo Schiavi, un modelo en su especialidad.

"El hospital está en un momento de crecimiento profesional, tenemos muy bien organizada las etapas de los pacientes con enfermedades respiratorias, distribuidas por sectores", explica a Porteño del Sur. Bronquios es uno de estos sectores. Allí se atienden los pacientes con asma y EPOC, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, a la que muchos definen como la tuberculosis del siglo XXI. "También es donde realizamos distintos análisis y estudios, incluyendo como complemento un programa de respiración con kinesiólogos y gimnasio.", indica el especialista.

La Guardia es otra de las secciones de vital importancia. De 80 a 100 consultas diarias se destacan, (principalmente en situaciones agudas o neumonías) dentro de un edificio cuya capacidad de internación alcanza 40 camas, además del sector del hogar respiratorio y los consultores externos. "Por otro lado existe un sector abocado a una patología que recién ahora se conoce, definidas como enfermedades intersticiales del pulmón (EPID) y el laboratorio del sueño", cuenta Schiavi. Por último el María Ferrer tiene un grupo abocado a la tuberculosis. "Lamentablemente perdura", admite el director.

El desarrollo dentro del edificio parece ser directamente proporcional con la evolución de las enfermedades respiratorias. "En relación a las proyecciones en el mundo dan un crecimiento sostenido, si se las compara con enfermedades no transmisibles", agrega Schiavi, destacando el consumo del cigarrillo como uno de los aspectos más nocivos, aunque no el único. "Las razones son múltiples y diversas, también son un reflejo del estilo de vida, del estrés y por supuesto la polución ambiental". 
De todos modos, el optimismo del principal responsable es claro. "Me parece que estamos brindando un aporte importante dentro de lo que es Salud Pública y estamos capacitados para trabajar en red con otros hospitales", advierte. 

Asimismo, el director se refiere a los sobrevivientes de la polio. "En el hogar quedan algunos con pulmotor o soporte respiratorio permanente. Son pacientes cuadripléjicos que requieren asistencia y pueden mover la cabeza. Pese a ello, son muy activos intelectualmente". 

Por cierto Schiavi revela que algunos trabajan. "Ayudados con la boca, así como hay pintores sin manos aquí hay algunos artistas, incluso se desempeñan en la atención al público, a través del teléfono. ¿Por qué no se difunde? Bueno, somos de bajo perfil", comenta satisfecho.