Después de una prueba fallida en Quilmes, Arouna Bissene desembarcó en el Globo y Caruso Lombardi le levantó el pulgar para que pudiera entrenarse con el plantel. Poco tiempo después, Apuzzo y Azconzábal coincidieron en que era conveniente que firmara contrato por dos años y medio, para alternar entre Reserva y Primera.
" Cuando me dijeron que iba a firmar contrato me sentí genial, lloré. Estaba con mi representante, el señor Marcelo. Él me dijo que es un nuevo comienzo por todo lo que soy capaz de hacer, y esta es mi esperanza, este es mi sueño, lo que vine a Argentina a hacer. Vine a entrenar duro, lo voy a hacer", sentenció el jugador, ilusionado, en diálogo con el medio partidario Soy Quemero.
Enseguida, el grupo de profesionales lo adoptó y empezó a divertirse con las cualidades de su nuevo compañero. "Todos me llaman en el vestuario 'gato de mierda' (se ríe). Son como una familia, son muy cariñosos, están muy bien de la cabeza. Aprendí a decir 'Te quiero', 'Muchas gracias', 'Por favor', 'Escuchame', '¿Cómo te llamás?'. Yo hablaba un poco de español, pero acá entendí mucho más", reveló Arouna.
Más allá de los momentos de esparcimiento, el objetivo del camerunés -que en el primer semestre sólo puede jugar la Copa Sudamericana y la Copa Argentina- es claro: "El fútbol es mi pasión, cuando era niño soñaba con jugar en un club grande y cuando vine a Argentina, empecé en Huracán, porque Huracán es uno de los clubes más grandes y estoy muy orgulloso de estar acá y pertenecer al equipo ahora. Trabajaré duro para defender estos colores y prometo a la gente muchos goles en el futuro. Espero sentirme bien, yo soy fiel al equipo y vine acá para triunfar".
El desafío para el atacante será, dentro de los límites del campo de juego, arrancarles a los hinchas las sonrisas que ya aprendió a sembrar con sus declaraciones públicas y sus intervenciones en las redes sociales.