Después de ocho años, el Calamar retornó a la B Nacional. Corrientes y Avenida 9 de Julio explotó con los hinchas durante la madrugada. Perlitas de una alegría que duró toda una noche.

Después de ocho años Platense vuelve a la B Nacional. La nostalgia, los sinsabores de los últimos años y la alegría en la cancha de Lanús confluyeron en un grito en el Obelisco durante la medianoche porteña. Los hinchas del Calamar asaltaron la intersección de Corrientes y 9 de Julio y la vistieron de dos colores poco habituales: blanco y marrón.

El festejo enloquecido de los hinchas tras la victoria ante Estudiantes dejó varias perlitas. Lágrimas, muchos abrazos y gritos quebrados por todos lados. Desde los desahogos de sus jugadores hasta la invasión de hinchas calamares en el centro porteño.

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Apenas terminó el encuentro, una de las cuatro mil personas que acompañaron al equipo de Saavedra se tiró a la cancha. Empezó a correr con el objetivo de abrazarse con los jugadores, pero la Policía lo vio. Un agente le tiró una patada como si fuese un férreo defensor, no lo alcanzó, pero sí lo hizo dudar de su objetivo: ahora había que llevarse un souvenir.

El invasor corrió hacia una pelota, la agarró y empezó, otra vez, a correr. Encontró un problema inmediato: cuatro agentes de seguridad. Sin otra opción, tiró la pelota al área y, como si fuese Teresa Cancelarich a mediados de los '90, le pegó para arriba. Un segundo después, los agentes de seguridad lo taclearon, lo esposaron, le pegaron y se lo llevaron arrastrando hasta el túnel.

Un hincha de Platense se metió a la cancha en los festejos.mp4

El resto de los hinchas se quedó en la tribuna. Gritando por sus jugadores más de una hora hasta que, en un momento, fueron todos a sus autos y viajaron hasta el Obelisco. Ese lugar de reunión se tiñó de marrón y blanco. Cortaron la Avenida 9 de Julio y Corrientes con sus autos y más de mil personas frenaron todo el tránsito nocturno.

Lejos de su barrio, Saavedra, llevaron la fiesta a pleno microcentro. Subidos a los techos de los autos, los más jóvenes buscaban a sus abuelos que revivían esas noches de nostalgia a la que estaban acostumbrados antes de caer en las fauces del ascenso.

Hinchas de Platense en el Obelisco.mp4

Entre la masa de hinchas calamares había abuelas, abuelos, tíos, tías, nietas, nietos, hijas e hijos. Todos festejando al mismo ritmo. Los más grandes vestían con orgullo sus boinas y remeras marrones. Y amarillentas, producto del paso del tiempo. Varios no bajaban del auto porque querían ver disfrutar a los más jóvenes que, haciéndoles caso, hicieron reventar el Obelisco.

Hinchas de Platense en el Obelisco - 1 - .mp4

Ahora, desde donde esté, el Polaco Goyeneche dejará de cantar Nostalgias y, por fin, podrá decir Platense "Volvió una noche".

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