El argentino imita a otros colegas en un "operativo retorno" que incluye a varios pugilistas que ya superaron la barrera de los 50 años. ¡Están en condiciones de volver al ring? La polémica está instalada

¿Qué tiene tanto de atractivo el boxeo, que siempre se está volviendo? ¿Cuál es su fascinación, para que púgiles retirados hace mucho tiempo, pasando los 50 años a veces -edad contraindicada para la práctica profesional de cualquier deporte-, sigan pensando en reaparecer?

Muy nocivo no habrá de ser, como se decía en una época -aunque ya quedaron sepultadas esas presunciones ideológicas-, para que esto ocurra. Y vaya si será noble, que es el único con contacto físico que admite estas intenciones, impensadas en el resto, como el fútbol, básquet, rugby, e incluso otros sin contacto como el voley o el tenis.

La semana pasada irrumpió sorpresivamente Jorge “Locomotora” Castro (52 años), comentando que habló con Bob Arum y éste le ofreció pelear contra John David Jackson –a quien le ganó dos veces, una de ellas la de la recordada “Mano de Dios”- o contra Roy Jones, de 57 y 51 años respectivamente. Y no para una exhibición ni nada de eso, sino “a fajarse de verdad”, como él dice.

Jorge "Locomotora" Castro

Está entrenando y afirma estar esperando “respuesta de ellos” para hacerlo en septiembre en USA, “por la gloria, no por la plata”. Y agrega para darle más seriedad aún al proyecto, que está metido Mano de Piedra Durán en la organización.

¿Habría que tomarlo en serio? ¿Alcanza con la intención? ¿La FAB le otorgaría la licencia, después de 13 años que pasaron de su último combate –GKOT 2- ante el colombiano José Luis Herrera, en una parodia evidente tras haber sido noqueado por el mismo Herrera, 9 meses antes en el Luna Park (KOT 4)? ¿Se recuerda que estuvo al borde de la muerte un año antes por un accidente automovilístico, que lo tuvo en terapia intensiva alrededor de un mes?

Lógico, Castro, como el Chino Maidana. Maravilla Martínez o Lucas Matthysse, quieren reaparecer, y todos se escudan “en la gloria”. La gloria es la vuelta en sí misma, sin pensar en rivales ni circunstancias.

Ellos no obstante piensan en Mayweather, Pacquiao, Víctor Ortiz, JC Chávez Jr, Jones, etc, o en personajes mediáticos como “Acero” Cali. Miran al Norte, sueñan en verde, y todos los “candidatos” son generacionales. Huele en sentido opuesto al móvil que afirman como originario.

Sin embargo, ni Pelé, ni Maradona, ni Michael Jordan, ni Jimmy Connors podrían pensar siquiera en retornar al fútbol, básquet o tenis, no al menos en modo oficial y profesional como plantean los púgiles, porque el boxeo sólo es boxeo cuando se hace en serio y es competitivo, y no “despuntar el vicio como puede ocurrir con otros. No tiene fixture, ni torneos, no importan ránkings, ni títulos, se admiten emprendimientos personales, mientras haya equivalencia y ambos tengan licencia.

La pregunta siempre es la misma: si los estudios médicos los avalan, ¿alguien puede impedírselo, reglamentariamente?

En la misma semana también irrumpió algo de otro tenor, que no parecía periodístico tomarlo en serio, pero cuya repercusión obliga a hacerlo, aunque lo creamos un dislate. El ex campeón argentino pesado (56 años) Walter Masseroni, recordado por la “doble descalificación” (SD 2) la noche de las patadas contra la Mole Moli tras haber sido derribado en el 2º, desafió a Mike Tyson.

Y fue más allá: hicieron editar un videíto y afiches alusivos con los que consiguieron atraer a incautos.

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Cierto es que siempre fue su sueño. O más que sueño, una quimera. Jamás se fijarían siquiera en un argentino para ese tipo de shows. Pero no menos cierto es que en el mundo del boxeo todos saben que la FAB le retiró a Masseroni su licencia en forma definitiva allá por el 2004, y que por un pedido especial del púgil se la devolvieron en 2011 a modo de prueba “sólo por una pelea“, y para hacerlo a 6 rounds, que luego podría extenderse según rendimiento.

Pero todo se fue al demonio cuando perdió por KO 1. Es que al brasileño que contrataron (Ademar Correa) “se le fue la mano” y lo noqueó, tras lo cual cobró una paliza extra en el vestuario, la que no pudo darle en el ring Masseroni padre (uno de sus hijos también boxea y según se cuenta fue uno de los que tomó su lugar).

De allí que difícilmente la FAB reincida. No obstante sería lo de menos, porque eso no le impidió a Masseroni seguir peleando un tiempo bajo las reglas de la coasi extinguida WPC, entidad no oficial.

Este video que armaron para la “promoción”, donde se lo ve entrenando para la cámara de lo que parece ser un celular, habla por sí solo.

Opinión | Con la frente marchita

¿Eso es todo? Para nada. Hay más. El platense Hugo Luero, ex campeón argentino y sudamericano, de ¡64 años! se postuló para desafiar a Maravilla Martínez después de la pandemia, “cuando quiera y donde quiera”.

“Popeye” es un cultor del entrenamiento, pero una cosa es el estado físico, el cuidado del cuerpo, y otra poder dar y recibir golpes. Perdió 19 de sus últimas 26 peleas antes de retirarse ¡en el ’91! Van a hacer 20 años. Nada, según el tango. Una vida, para el boxeo.

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