El mano a mano entre Vélez y Peñarol, que se pondrá en marcha hoy a las 21.30 en Liniers, es una de las principales atracciones que ofrecen los dieciseisavos de final de la Copa Sudamericana, competencia en la que ambos aspiran a llegar bien lejos.
El encuentro de vuelta se jugará en Montevideo el miércoles próximo y dirá quién pasa a los octavos de final y enfrenta en esa instancia al ganador del duelo colombiano que protagonizarán Millonarios y Deportivo Cali.
Han quedado lejos en el tiempo las imágenes de la clasificación de Vélez para la segunda fase. Sucedió hace ocho meses, pero los hinchas del Fortín se acuerdan muy bien, porque la angustia y la desazón se transformaron en alegría y en desahogo cuando Thiago Almada convirtió un penal que igualó 2-2 la serie ante Aucas en Ecuador.
En definitiva, el peso de ese gol de visitante favoreció a un Vélez que por entonces tenía como entrenador a Gabriel Heinze. Después, el Gringo se fue y, para reemplazarlo, la dirigencia confió en un hombre formado futbolísticamente en el club: Mauricio Pellegrino, quien esta noche debutará oficialmente como DT velezano, tras una rica experiencia acumulada en nuestro país y especialmente en Europa.
Peñarol terminó tercero en el Grupo C de la Libertadores -lo cual lo transfirió a la Sudamericana-, después de un desempeño muy desparejo.
En Uruguay les ganó a los otros participantes de la zona (Paranaense, Wilstermann y Colo Colo), pero fuera de su país no sumó ni un solo punto, por eso se despidió del máximo certamen continental de clubes y le quedó este consuelo al que intentará sacarle el jugo.
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