La derrota de Argentina ante Australia por 97-59 en cuartos de final de estos Juegos Olímpicos significan también la despedida del capitán y abanderado del seleccionado nacional de básquet, Luis Scola.
A menos de un minuto del cierre, el entrenador Sergio Hernández decidió que saliera de la cancha para recibir no sólo el aplauso de sus compañeros sino también un espontáneo y merecido reconocimiento de parte de sus rivales y de todos los presentes
Literalmente el juego se detuvo y se unieron en un aplauso cerrado que logró conmover a esta leyenda del básquet que hasta este momento se había mantenido imperturbable. Con él lloraron también sus compañeros y todo el cuerpo técnico, quienes tomaron conciencia del momento al que estaban asistiendo.
Luego del partido, el propio Scola intentó poner en palabras lo que acababa de vivir: "Me agarró con la guardia baja, no me lo esperaba porque pensé que iba a terminar el partido jugando".
"Estoy un poco golpeado emocionalmente, estamos todos viviendo una situación muy especial, haber visto a los rivales, periodistas y árbitros, me golpeó un poco... Traté de apartarme de todo eso en este tiempo, en este año y fue como que se me vino todo de golpe. Traté de mantener la compostura lo más que pude, me voy en paz", le confesó a TyC Sports.
Ante la consulta sobre qué le había aportado al equipo nacional, Luifa respondió: "A la Selección le di mi máximo compromiso, mi esfuerzo y los mejores años de mi carrera" y con la humildad y claridad que lo caracteriza, enseguida añadió que "la Selección es mucho más que nombres".
Acto seguido le tocó responder a Sergio Hernández quien dijo de Scola: "Fue el mejor y el más increíble jugador que haya nacido en este territorio (por Argentina), nos llevó a lugares insospechados, no me queda otra que decirle gracias".
Y en referencia a ese aplauso de todo el estadio dijo que "todo lo que le hagamos a Luis es pequeño, es un 1% de lo que él se merece".
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