El conductor sostiene que antes de pelear por medio punto de rating “deberíamos estar espalda con espalda para cautivar a los que eligen series o Internet”. Balance y secretos de ingeniería del ciclo que vuelve este sábado a las 22.

Una larga mesa que comparte con Nico, su productor en el salón del primer piso de uno de los cafés de Palermo Hollywood, muestra a Andy Kusnetzoff como pez en el agua.

Su barrio laboral, si del programa radial se trata, se corresponde con los primeros pasos que lo distinguieron como movilero a la hora de cruzarse con “celebridades”.

De hecho, aunque el conductor, periodista y casi psicólogo (“no me recibí”, corregirá durante la entrevista), es el protagonista de la nota, sigue con atención los movimientos externos.Abajo, está Guillermo Bonetto, cantante de Los Cafres y Daniel Tognetti, ex compañero de CQC, del hombre en cuestión.

Como un chico curioso, Andy gira la vista y se anima: ¿Es o no es Militta?, en relación a Bora la rubia cantante quien en otra mesa parece ensimismada en vaya a saber qué de esta veraniega y densa tarde. “Es”, respondemos todos a coro. Igual el mentor de PH, Podemos hablar, no necesita escuchar lo que ya sabe.

- ¿Qué evaluación te dejó PH en 2017, pensando en el regreso?

- Arrancó como cuatro finales de verdad, porque ese fue el plazo de prueba que nos dio el canal y de golpe llegamos a diciembre. La verdad es que cuando fue ideado ni pensábamos en una segunda temporada. Intentaremos sorprender a partir de cositas. Mi objetivo siempre es reunir personas de ideas muy diversas, pero es bastante difícil lograrlo. Es lo que pude ver después de 25 programas. No depende de mi, la gente opina y te pide Obama con Trump. La presión es difícil, lograrlo es un trabajo de ingeniería.

- ¿Qué lección te dejó convocar a distintas personalidades?

- Más que una lección, fue una forma para lograr que cada programa sea interesante, no siempre pensando en la grieta, o sin centrarlo en lo político. esté centrado en lo político. En este sentido algunos estuvieron buenísimos. A mi lo que me van son las historias, la emoción, la interacción entre gente rara que por ahí no se juntaría a comer.

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- ¿Sentiste pánico de que pudiese volverse frívolo?

- No, sí tenía en claro que no quería hacer un programa de anécdotas endogámicas de famosos. Guinzburg siempre fue uno de mis referentes, él hizo La Biblia y el Calefón, hoy pienso que si estuviera evitaría ese formato. Yo tuve siempre en claro que no quería hacer sólo un programa de famosos.

-¿Te pasó de algún político que te haya dicho esta pregunta no?

- No me pusieron condiciones, a lo sumo te dicen yo con tal no voy. En el caso de Estela de Carlotto, la invité especialmente y entendí su pedido. Me dijo “ya estoy grande”. Estela es una persona que admiro mucho, fue la única excepción y por eso entró al final de la mesa y me pareció bien. Respecto de las preguntas, si un político me dice “de esto no me preguntes”, yo prefiero que no se siente. Si hay algo obvio para preguntar y no lo hago, quedo mal yo.

-Más allá de los personajes hay circunstancias como el Caso Chocobar o la paritaria docente que aparecen en la agenda, ¿los considerás a la hora de armar tu mesa?

- Sí, si, lo que pasa es que a veces no dan para arrancar en una entrevista múltiple, en general en estos temas tienen víctimas, gente que sufre. La negociación de paritarias, pero sí nos hemos ocupado como Maldonado, el submarino, o víctimas de la inseguridad. Para ellos creamos una sección donde compartimos ocho o diez minutos de la historia. ,volviendo al ejemplo de La Biblia de Guinzburg, si hay alguien que está sufriendo buscando a su pariente del Ara, yo prefiero separarlo de otra persona contando otra anécdota. Nos sucedió cuando vino Sergio Maldonado, no daba sentarlo con el resto de los participantes.

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-¿Cuánto te importa el rating?

- El rating es muy importante porque va más allá de lo que me pase a mi o del narcisismo. Vos sabés que hay un número y eso determina tu continuidad, los auspiciantes y que si no llegás al objetivo, te vas. Por supuesto que Importa mucho desde el ego, querés jugar ese partido y lo querés ganar pero el tema es si seguís o no seguís.

-Hablamos del rating pero ¿tenés previsto que hay un espectador que abandona la tele abierta?

- Claro! Por lo pronto, en lugar de pelearnos entre nosotros, deberíamos estar espalda con espalda tratando de pensar en los que se están yendo a Netflix, a bajar películas por internet y en los menores de 25, más allá de pelearnos por medio punto de rating. Tampoco me voy a poner yo a llamar a cada productor. En el caso de PH me alegra poder recuperar a quien te dice ‘no veía más tele abierta, pero el sábado los sigo’. Por eso trato de hacer un buen programa integral, que tenga un concepto, donde pase algo. Cuando empecé en televisión, me decían esto funciona si al día siguiente en la oficina te dan ganas de comentar. Hoy el comentario en la oficina, también es viralizar momentos y entrevistas.

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Perros de la Calle se consolida en el dial

El gran amor de Kusnetzoff, además de su hija Helena, es la radio. Desde allí junto a Gabriel Schultz, Harry Salvarrey y Cayetano, además de una gran producción comandada por Jimena Blizniuk, el ciclo de Metro 95.1 convoca a miles de oyentes con propuestas insólitas y variadas. Por supuesto que el reportaje (con Richard Coleman, foto) siempre genera tendencia en las redes y los medios, lo que representan además de sendas premiaciones una fidelidad como pocas dentro de nuestra radiofonía.

“Mi referente no fue Mirtha, sino Sábado Bus”

-¿Qué te generaron los dichos sobre que copiabas a Mirtha?

-Mirá, si repasás lo que hice, he tenido muchos temas que me han copiado. Cuando me cruzaba con Figuretti (Freddy Villarreal) yo veía que él me copiaba, llegaba a Cannes y él hacía lo mismo. Un día mi mamá me dijo ‘lo que se hace en televisión una vez, es del universo’. Y lo entendí. En el caso de Mirtha, con el programa más longevo de la televisión argentina, admiro lo que hace pero yo estoy concentrado en lo mío.

-¿Y el tema de la cena, la mesa?

-Mi programa es la cena, pero también la banqueta, lavarse las manos, el cuarto blanco. Me concentro en que cada programa sea distinto, por el ejercicio de la entrevista múltiple. Respecto de la cena, a mi me gusta el formato de la mesa de radio y Martín Kweller, el productor general me propuso sillones, yo le dije ‘si hay sillones yo me duermo. Si vamos a estar dos horas alrededor de una mesa, hay que comer. Es cierto que hay programas como Novaresio, pero la mesa fue responsabilidad mía. No de Mirtha. Y para ser lo más sincero imposible, en todo caso mi referencia fue Sábado Bus.

-¿Cómo fue eso?

-Se lo dije a Nico en la cara. Me gustaba eso que tenía que llegaba el invitado con uno a la cocina, me gusta que PH tenga momentos. No es me siento a comer y chau. Si pienso en el rating y que ese momento mide más no me importa. Si morimos, morimos con la nuestra. A esta altura de mi carrera no estoy para darle consejos a la gente, ni a Mirtha ni a Nacho.

-¿Con quién querés contar?

- Sigo deseando que vengan Víctor Hugo Morales, Elisa Carrió, Cristina, Marcos Peña, Mujica el ex presidente de Uruguay...

-¿Una fórmula en la entrevista?

-Una buena investigación. Estudio y leo todo de los invitados, en el momento vas viendo por dónde bucear. Con respecto, todo se puede preguntar.

Vaivenes y una lista ambiciosa

Andy no esquiva nombres a la hora de destacar o criticar momentos de PH. Sostiene que entre los 144 invitados (sólo dos repitieron) Jacobo Winograd estuvo bien aunque no haya parecido. “Me gustó, lo que pasa es que desde el televidente se pueden tener sus prejuicios. Admito que de los invitados la que más costó fue Natacha (Jaitt) pero después de la primera parte estuvo buenísimo”, asegura.

Guido Süller es otro de sus destacados. “Estuvo inteligente y emotivo. Silvia también contó historias muy duras”. Entre los top, por supuesto figura la esposa del pájaro Cannigia. “Mariana Nannis fue un hit con Patricia Bullrich. Es que hubo mucho hit inesperado, el programa de Batistuta estuvo buenísimo. Con él sucede algo particular, la gente te dice es Batistuta, lo quiero escuchar. Lo trajimos del campo y compartió anécdotas de la selección”.

El conductor admite que en el nuevo listado que guarda bajo llave, hay personajes que no son amigos “pero quisiera tener”. Feinmann lidera esa lista. Al preguntarle por el filósofo José Pablo (en lugar del conocido periodista), Andy dobla la apuesta. “¿Y por qué no los dos?” No hay excepciones con nombre y apellido, pero sí una salvedad del también productor. “No aceptaría gente que esté ligada a cosas como violaciones, pedófilos o ataques terroristas, no me interesa darles lugar”.

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