Un juez de Nueva York anuló ayer uno de los seis cargos de agresión sexual contra Harvey Weinstein, mientras sus abogados aseguran que todo el caso contra el antes todopoderoso productor de Hollywood no se sostiene.
Weinstein, de 66 años y padre de cinco hijos, está en libertad tras pagar una fianza de un millón de dólares. Niega todas las acusaciones en su contra. Entró en la Suprema Corte estatal, en Manhattan, vestido con un traje oscuro, camisa blanca y corbata para la audiencia, que su célebre abogado Ben Brafman consideró un éxito.
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“Este es obviamente un acontecimiento muy positivo”, dijo Brafman a periodistas tras la audiencia. “Cuando una de las principales acusaciones en esta inculpación se basa en testimonio mentiroso, eso es un acontecimiento muy, muy importante”, añadió.
“Creo que esto ha contaminado el proceso entero del gran jurado”, sostuvo.
El cargo que fue dejado de lado concierne a la presunta agresión sexual de Lucia Evans, una ejecutiva de marketing que asegura que Weinstein la obligó a practicarle sexo oral en 2004, durante un casting en las oficinas de la productora Miramax en Manhattan.