El miércoles pasado, a la actriz María Valenzuela le dieron de alta en la clínica psiquiátrica, donde ella se internó por decisión propia tras no superar una profunda depresión que se desencadenó con la muerte de su amigo del alma, Gaspar Mullet.
Después de casi tres meses de internación, la actriz debe seguir la terapia ambulatoria. A la salida de la clínica fue abordada por las cámaras de Intrusos en el Espectáculo (América): Estoy cada día mejor y le mando un beso grande a Jorge Rial por tratar bien a mi hija Malena".
Cuando la información de la depresión y posterior internación salió a la luz pública, su hija mayor, Malena Mendizábal, fue quien explicó el estado de salud de su madre.
La noticia se conoció dos semanas atrás y Malena había dicho que el pronóstico era alentador. Ayer se conoció la buena noticia del alta de María Valenzuela. Por el momento no dio declaraciones sobre los pasos a seguir en cuanto a su carrera artística.
Igualmente proyectos teatrales le sobran. Pero hoy la atención está puesta en la recuperación. Producto de la depresión la actriz llegó a pesar 40 kilos. De la clínica se retiró con diez kilos más.
La muerte de su mejor amigo la sumió en un estado de profunda tristeza que derivó en una depresión profunda. En medio de ese estado anímico, la actriz tuvo la lucidez de pedir a sus hijos que la internen para su recuperación al lado de profesionales interdisciplinarios.
Lo cierto es que ayer para el mundo artístico fue una linda noticia el alta de una de las actrices más queridas del medio. Su último trabajo en televisión fue en la telenovela de Quique Estevanez, Dulce Amor en Telefé en 2012 y 2013 y el año pasado se la vio en una participación del unitario El Mal Menor en la Televisión Pública.