Favio, también un exitoso cantante, es uno de los directores más importantes de la historia del cine argentino y autor de ‘Crónica de un niño solo”,
llevaba varios días internado con un estado de salud muy grave, y murió hoy rodeado de su familia y amigos.
Está considerado como uno de los directores más importantes de la historia del cine argentino, al que legó títulos como “
Crónica de un niño solo”, “El romance del Aniceto y la Francisca”, “El dependiente” y ‘Perón, sinfonía de un sentimiento”.
Nacido como
Fuad Jorge Jury en Luján de Cuyo (Mendoza) en 1938, Favio construyó a lo largo de una extensa carrera artística y, fundamentalmente desde el cine, una estética personal en la que reconoció y
expresó una filiación y pertenencia ideológica, resaltando la dimensión afectiva que incorpora a la política argentina el Peronismo como novedad histórica.
La carrera como actorFavio llegó a Buenos Aires antes de los 50 para el servicio militar y años después impresionó a directores como
Leopoldo Torre Nilsson, que buscan para sus películas personajes jóvenes con contradicciones.
De la mano de Torre Nilsson apareció en películas memorables, como “El secuestrador” (1958), “La casa del ángel” (1960), “Fin de fiesta” (1961), que lo impusieron como actor, mientras que
comenzaba a seducirlo la idea de convertirse él mismo en director, tarea en la que comenzó con un par de cortos, debutando en el largometraje con una obra maestra que tituló “Crónica de un niño solo” en 1964.
El filme,
con claras referencias a su propia infancia que incluyó pasajes dolorosos en reformatorios, tuvo un inmediato aval de la crítica especializada y sirvió de toque de atención a los amantes del cine.
En esa época comienza su carrera como cantante, obteniendo una fuerte respuesta popular y masiva con temas propios y ajenos que se convirtieron en éxitos del momento como “
Ella ya me olvidó”, ‘Fuiste mía un verano” y “Para saber lo que es la soledad”.
“Este es el romance del Aniceto y la Francisca, de cómo quedó trunco, comenzó la tristeza, y unas pocas cosas más”, es el título completo de la segunda película de Favio, que estrenó en
1967.
Adaptación del cuento “El cenizo”, de su hermano Jorge Zuhair Jury, esta segunda película tuvo como figuras principales a
Federico Luppi (su primer protagónico en el cine), Elsa Daniel, María Vaner y al hasta entonces locutor Edgardo Suárez.
La película
recibió los ocho de premios de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina y es considerada, por buena parte de la crítica local, como una de las mejores de su filmografía.
La tercera, y cierre de aquella trilogía fue
“El dependiente”, casi un “a puertas cerradas” con insuperables trabajos de Graciela Borges, y el recordado actor uruguayo Walter Vidarte.
Su vida sentimentalEn 1967 comenzó a entablar una relación sentimental con
María Vaner, con quien convivió hasta 1973, actriz que debió marchar al exilio en 1974 con los dos hijos de ambos, luego de ser amenazada por la Triple A.
Favio siguió el camino de Vaner, a partir del establecimiento de la dictadura militar en 1976, pero no fue a España como su ex mujer sino que
se estableció en Colombia, vinculándose sentimentalmente con Carola, su segunda esposa.
En 1972 fue invitado por Juan Domingo Perón a acompañarlo en el chárter que lo regresaría a la Argentina tras su largo exilio el 17 de noviembre.
Con la vuelta a la democracia en 1973, y en coincidencia con su activa militancia política que volvía al primer plano, Favio lanzó la que se convertiría en su una suerte de obra cumbre, “
Juan Moreira”, estrenada el 25 de mayo de ese año.
Inspirada en el relato homónimo de Eduardo Gutiérrez, pero con la impronta de su hermano Zuhair Jury y la locura que él mismo le aportó, pudo
contar la historia de este antihéroe y su relación con la política, la violencia y la muerte.
El tema, encarado esta vez en colores, con un diseño de producción que mostraba claramente su pasión por los relatos nacionales y populares, con una memorable actuación de
Rodolfo Bebán, convirtieron a la película en un éxito de más de dos millones de entradas.
Las películas que batieron récord de taquilla
En junio de 1973
fue designado para conducir el acto del retorno definitivo de Perón a la Argentina, el 20 de junio, que derivó en un enfrentamiento armado entre diferentes corrientes conocido como la Masacre de Ezeiza, en el que el artista intentó detener la violencia, sin conseguir su propósito de detener la tragedia que lo marcó a fuego.
En 1975 estrenó
“Nazareno Cruz y el lobo”, inspirado en una radionovela del escritor Juan Carlos Chiappe, película con la que llegó a la cumbre del éxito.
Si bien no existe un registro exacto de los espectadores que la vieron,
se sigue considerando al filme de Favio protagonizado por Juan José Camero y Alfredo Alcón, como el más taquillero de la historia del cine nacional, superando incluso a “El santo de la espada” y “El secreto de sus ojos”.
Los personajes elegidos por Favio en esta etapa
están condenados a un destino trágico, sean míticos, fantásticos, o los reales de “Soñar, soñar”, su película menos vista, en la que reunió a Carlos Monzón con el cantante Gian Franco Pagliaro, estrenada en coincidencia con el golpe militar de 1976.
La etapa como cantanteDurante buena parte de la dictadura, Favio emprende su vuelta a la
balada romántica, con la que recorrió toda América Latina y con la que logró imponerse en varios países, un paréntesis de cine que se extendió hasta 1987.
De esos tiempos son
discos como “En concierto en Ecuador” (1978), “Aquí está Leonardo Favio” (1983), “Yo soy” (1985), “Amar o morir” (1987), “Más que un loco” (1988), además de numerosas presentaciones en vivo frente a multitudes.
“Gatica, el mono” (1993) lo llevó a la reconstrucción histórica, viajar hasta la década del 50, el momento en que coincidieron el púgil José María Gatica con Juan Domingo Perón, una obra para la que convocó al entonces debutante
Edgardo Nieva, reencuentro de Favio con el mejor cine y el éxito.
Si bien nació como un encargo, el documental “
Perón, sinfonía del sentimiento” (1999) se convirtió en una de sus obras más personales, tanto por el tema y la pasión que implicaba, como por su forma de encarar una historia que parecía inabarcable.
Los últimos trabajosEn la última década, y ya con un serio problema de salud (
polineuritis) que impedía su fácil movilidad, Favio volvió a la carga con un sueño: el de convertir en ballet cinematográfico a “
Aniceto”, tal como se llamó el filme protagonizado por Hernán Piquín, con música de Iván Wyszogrod, que ganó nueve premios Cóndor de Plata.
Su último trabajo fue “
La buena gente”, uno de los cortos integrantes del grupo de los dedicados al Bicentenario producidos por la Secretaría de Cultura de la Nación.
En carpeta
Favio atesoraba “El mantel de hule”, una historia en la que incluiría muchas referencias personales relacionadas con su infancia en Mendoza.
De todos los grandes creadores de la historia del cine nacional,
Favio fue el más genuino y el más identificable, curiosamente también el más exitoso.
En su última aparición frente a público al recibir en 2009 los Cóndor de Plata por “Aniceto” predijo: “
Nadie podrá decir de mí que fui un desagradecido”, y lo demostró agradeciendo el presente político y cultural de la Argentina, “con el que soñaba desde chico”, dijo.