Hacía media hora que estaba encendida y es la única de toda la habitación que queda apagada. "No te asustes" le dice el enfermero a su compañera y se dirige al interruptor que al ser accionado devuelve la iluminación. Aunque no lo verbaliza, su mirada lo dice todo: sabe que alguien dentro de la habitación y al que nadie vio había presionado la tecla. A modo de respuesta y con voz trémula la enfermera pregunta: "¿Otra vez?".
La experiencia ocurrió hace un par de semanas y se suma a la serie de episodios anómalos que vienen teniendo lugar en la prestigiosa institución médica situada en el barrio de Barracas, generando temor en los trabajadores de la salud y de maestranza que prefieren no hablar demasiado sobre los casos que los aterran tanto por haber sido testigos directos de situaciones increíbles como por haber puesto la oreja para descargo de un compañero dominado por el temor.
Lo que sí afirman es que los casos inexplicables como la percepción de sombras o presencias invisibles en la soledad de los pasillos de esa Unidad Coronaria han mermado bastante de un tiempo a esta parte.
"Nunca ví nada pero son las sombras que se ven en los pasillos o la sensación que alguien te mira desde dentro de las habitaciones vidriadas lo que más manifiestan los compañeros que han sido testigos de esas cosas raras" aseguró un trabajador que prefirió mantener en reserva su identidad.
Según esta fuente, los médicos también pueden dar testimonio de estos episodios pero su postura científica, indicaron desde el sector maestranza, los lleva a encuadrar lo ocurrido como algo singular con razones sostenidas en el estrés o el cansancio surgido tras horas de guardia. Sin embargo, para otros la causa se traslada a lo paranormal y es por eso que prefieren hablar de fantasmas.
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Luces y sombrasOtros dos enfermeros consultados indicaron que si bien bajaron considerablemente los fenómenos, la sensación que pueden volver a ocurrir en cualquier momento está siempre latente y recordaron los atribulados comentarios de compañeros que atravesaron por la tormentosa experiencia.
Por lo general, las anomalías a las que hacen referencia están asociadas a luminosidades que se ven en las habitaciones donde los enfermos son sometidos a un continuo monitoreo cardiológico, situaciones impensadas como armarios que se abren solos cuando están correctamente cerrados o las sombras percibidas como un flash en los pasillos y los cuartos.
En las singulares manifestaciones también encuadran los movimientos sobre las cortinas de algunas habitaciones en la que en su interior solo hay un paciente en cama y sedado. "Es como si alguien estuviera apoyado del lado de adentro" indicó una enfermera que lo que hace es mirar los monitores y bombas conectados al paciente y ver si todo está en orden como método práctico y profesional para conjurar miedos y aventar fantasmas.