Fútbol
Rodolfo Arruabarrena sumó una buena y una mala: el ex Estudiantes, que salió lesionado del encuentro de ayer con muecas de dolor como si se hubiese roto los ligamentos cruzados, solamente tiene un desgarro. El delantero, una sobrecarga muscular.
Se habrá agarrado la cabeza, Rodolfo Arruabarrena. No tanto como anoche, en la caída ante Estudiantes, pero sí, también, cuando mandó a Daniel Osvaldo a trabajar separado de sus compañeros. Boca sabe que necesita cerrar el verano, esa especie de infierno caluroso, con una victoria que le de aire para el partido ante Temperley del 7 de febrero. Y el entrenador es consciente de que el goleador que volvió de Europa es fundamental para ese objetivo.
Osvaldo practicó diferenciado por una sobrecarga muscular en ambos aductores, una molestia que arrastra desde el encuentro del sábado en Mar del Plata ante River. Ningún día de la semana se movió con el resto de sus compañeros. El cuerpo técnico no quiere apurarlo. Lo piensa para visitar al Gasolero. Lo piensa para armar la dupla con Tevez, para ganar la Copa Libertadores.
Leonardo Jara, en cambio, se realizó estudios y bajó tranquilidad: no se rompió los ligamentos, tal como se preveía por sus tremendos gestos de dolor, sino que sufrió un desgarro que lo tendrá entre algodones por al menos tres semanas. No podrá debutar: es la única incorporación que no llegaría en condiciones al debut por el torneo local.
Mientras tanto, para el choque del sábado ante River, Arruabarrena no determinó si jugarán suplentes o titulares. Y no sabe qué pasará con los tres jugadores expulsados el sábado: Daniel Díaz, Jonathan Silva y Gino Peruzzi, todos defensores. Lo que sí, se estima que Andrés Chávez será el reemplazante de Osvaldo: Sebastián Palacios, el otro delantero del plantel, se irá a Atlas de México.
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