El gol de la hazaña lo logró
Rasmus Elm en el último minuto del partido tras un partido lleno de emociones.
Alemania salió en el primero momento mostrando un fútbol muy rápido, recurriendo a muchas combinaciones cerca del área sueca y logrando llegar sin mucha dificultad por las dos bandas.
Ya en el minuto 2 los alemanes tuvieron la primera oportunidad clara, con un remate de zurda de Thomas Müller que se estrelló contra el palo. El gol del local parecía cuestión de tiempo. Y en el minuto 9 llegó cuando
Miroslav Klose definió con un remate de zurda desde unos seis metros a centro de Marco Reus.
Seis minutos después se repitió la misma fórmula: centro de Reus, otra vez desde la izquierda, remate de
Klose y Alemania pudo celebrar el segundo.
Tras el segundo gol, hubo una fase en la que Suecia mostró cierta reacción y Alemania bajó un poco el ritmo.
Hasta que en el minuto 39 llegó el tercero por intermedio del defensor
Per Mertesacker, que marcó con un remate con la pierna derecha dentro del área tras recibir un pase de cabeza de Müller.
Al comienzo del segundo tiempo, Suecia hizo un intento por sacudirse la clara superioridad alemana adelantando sus líneas y tratando de presionar a los Joachim Löw en su propia mitad. Pero Alemania volvió a golpear: a los 11, Müller habilitó a
Özil con un centro desde la derecha, y el jugador del Real Madrid marcó el cuarto con un zurdazo al segundo palo.
Sin embargo, Suecia nunca se rindió. Ni siquiera con una desventaja de cuatro goles. Y de a poco comenzó a forjar el milagro. En el minuto 17 del segundo tiempo, un gol de cabeza
Zlatan Ibrahimovic acortó las diferencias
Dos minutos más tarde, las sombras se apoderaron del Olympiastadion de Berlín cuando
Lustig alcanzó el segundo en favor de Suecia.
Con los dos goles en dos minutos un partido que parecía liquidado, todo volvió a estar súbitamente abierto. Los suecos no sólo habían recortado la distancia sino que habían recibido una inyección de ánimo que hacía pensar que una remontada era posible.
El partido estaba abierto, los suecos mostraban fe y voluntad e Ibrahmovic, de quien no se habían tenido noticias en la primera parte, había empezado a mandar en la cancha.
A los 31,
Elmander acortó las diferencias a un gol y desde entonces la tensión y el nerviosismo gobernaron el desarrollo.
Suecia casi llega el empate a cinco minutos del final, cuando Kakanalik remató por encima del travesaño a pesar de que el arco estaba vacío, ya que Manuel Neuer había sido desairado por Ibrahimovic en la escena previa.
Hasta que en la última jugada del partido llegó el gol del empate. Ibrahimovic le ganó un duelo aéreo a Mertesacker y dejó el balón a
Elm, que sometió a Neuer con un violento disparo.