Un grupo de exploradores polacos encontró en 2011 un plano de esa red de pasajes perforados en la provincia de Baja Silesia. Desde el momento del hallazgo hicieron varios intentos para recorrerlos, con expediciones que revelaron la existencia de varios pozos que descienden hacia el volcán aparentemente extinguido.
Los túneles fueron excavados en la roca basáltica durante la Segunda Guerra Mundial. En 1945, ante su inminente derrota, los alemanes destruyeron parcialmente sus pasillos y en particular las entradas. Pero al parecer la destrucción se realizó cautelosamente para poder volver a ingresar en un futuro.
La posibilidad de que exista un valioso depósito de la Gestapo se sustenta en el testimonio de un oficial nazi que, una vez terminada la contienda, aseveró que los documentos de la Gestapo de Cracovia, provincia de la región de Pequeña Polonia, fueron llevados a la localidad de Czerwona Woda (Baja Silesia) para su destrucción.
No obstante, muchos rechazan la idea de que hayan sido destruidos y sostienen que al menos parte de esos documentos permanecen en las cuevas del referido volcán.
"¿Por qué habrían de llevar desde Cracovia hasta Czerwona Woda el archivo para luego quemarlo?", cuestionó Sebastian Terenda, miembro del grupo de exploradores polacos. Además, aunque en el plano esa construcción figura como un refugio antiaéreo, "sus túneles son de 3 por 3 metros, mientras que los refugios normalmente eran de 1,6 por 1,8 metros", señaló Terenda.
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