Un guardia real se desmayó durante el funeral de la reina Isabel II en el Palacio de Westminster. El oficial estaba siguiendo estrictamente el protocolo, manteniendo su posición, cuando de repente se desplomó de cara al suelo, ante la sorpresa de compañeros y visitantes al recinto.
Varios de sus compañeros de guardia tuvieron que romper el protocolo para asistirlo y, la emisión de la señal que se transmitía en directo, se cortó durante algunos minutos, en los cuales recibió atención médica. El oficial fue relevado tras esta indisposición y el acto transcurrió tal como estaba previsto.
En las imágenes se puede ver como el compañero que estaba justo al lado mantiene totalmente la compostura: sigue en posición rígida, sin moverse lo más mínimo, y son otros los que se interesan por el estado de salud del oficial desmayado.
Por su parte, Charlie Proctor, el corresponsal de la cara real británica de Monarchy UK, publicó información sobre el comportamiento de los guardias reales, obligados a mantener unas estrictas normas durante este tipo de actos.
Según Proctor, "si un guardia real no se encuentra bien por algún motivo, este debe levantar la cabeza", que por protocolo debe estar baja. Si cambia de posición, su superior sabe que hay algún problema y puede decidir realizar una rotación de la guardia para evitar sorpresas.
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