El adolescente fue baleado por un subcomisario de la Policía Federal cuando huía en un vehículo tras robarle las tazas del auto. La Justicia de Morón dispuso su detención por el cargo de homicidio agravado.

Bajo la consigna “Basta de gatillo fácil”, familiares y amigos de Iago Avalos, el adolescente abatido por un subcomisario de la Policía Federal hace tres semanas en el marco de una persecución por robo en Villa Tesei -partido de Hurlingham-, marcharon por las calles del distrito para pedir justicia por el joven asesinado.

La movilización, de la que participaron a su vez organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, se concentró en las calles Jauretche y avenida Vergara, en la denominada 5 Esquinas de Hurlingham, desde donde marcharon hasta la plaza John Ravenscroft, ubicada en avenida Roca y O’Brien.

”Estamos acá para solidarizarnos y ponernos a disposición de los familiares y amigos de Iago en el reclamo por justicia y castigo por su asesinato. Ayer fue Luciano Arruga, hoy es Iago Avalos y mañana será otro joven estigmatizado, perseguido y asesinado por la policía amparada por el Estado”, sostuvieron los manifestantes.

El pasado 12 de mayo, Iago Avalos (17), junto con un amigo, robó las tazas de un auto en Villa Tesei. Al observar dicha situación, el subcomisario de la Policía Federal, José Pérez Buscarolo, dueño del rodado, salió al cruce y se generó una persecución. El policía los siguió aproximadamente 8 cuadras y disparó hacia el vehículo de los jóvenes. Una de las balas atravesó el baúl e impactó sobre el cuerpo de Iago, quien falleció minutos después.

”Este subcomisario disparó como un loco en la puerta de un colegio, le pegó un tiro a Iago, y además se negó a llevarlo a un hospital cuando tuvo la opción de salvarlo. No justificamos la actitud de Iago, pero sí repudiamos a los policías que se creen dueño de la vida de los pibes”, señalaron los familiares del menor.

En ese sentido, Irina Avalos, hermana de la víctima, afirmó que “un subcomisario que sale a perseguir a dos pibes que no lo pusieron en riesgo y les dispara por la espalda, es un claro caso de gatillo fácil. Si el tipo hubiese actuado bien debería haber llevado a mi hermano y al amigo a la comisaría, se le hubiera abierto una causa por hurto en todo caso, pero no hubiese pasado más de ahí”.

El caso quedó en manos de la UFI 6 de Morón, a cargo de María Silvana Bonini y Sergio Di Leo, quienes resolvieron la detención del subcomisario bajo la acusación de “homicidio agravado por su condición de miembro de una fuerza de seguridad”, un delito que tiene una pena de prisión perpetua.

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