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El único detenido por el crimen de un periodista en Mendoza fue incriminado al encontrar una serie de cuchillos en el auto de la víctima.
Un juego de cuchillos al que le faltaban dos piezas similiares a las halladas en el auto en el que apuñalaron al periodista Luziano Moreno el jueves pasado en Mendoza, forma parte de la evidencia con la que la fiscal de la causa imputó al único detenido por el homicidio de la víctima para robarle cuatro millones de pesos, con los que pensaba comprar dólares.
El juego de cuchillos fue secuestrado por la Policía durante un allanamiento al domicilio del acusado Pablo Lorenzo Rivas Stewart (27), quien está imputado de "homicidio" y "robo agravado".
La fiscal de Homicidios Claudia Ríos había iniciado actuaciones por "tentativa de robo" aunque modificó la carátula al confirmar con la evidencia hallada que el móvil del homicidio fue el robo de 4.009.000 pesos con los que Moreno planeaba comprar 22 mil dólares.
Si bien el dinero del periodista fue hallado en su auto, se determinó que iba a ir a reunirse con el sospechoso para comprar los dólares que, en realidad, nunca existieron.
El detenido fue trasladado este lunes a una unidad penitenciaria mientras se resuelve su situación procesal.
Rivas Stewart es oriundo de la ciudad de San Rafael, desde donde se había mudado a Mendoza capital para trabajar en un órgano judicial hasta fines del año pasado, cuando renunció.
EL HECHO
El hecho ocurrió el jueves pasado, cuando Moreno, quien se desempeñaba como periodista deportivo, acordó con el ahora imputado una compra venta de divisas en la calle Leopoldo Suárez al 600, del barrio Bombal, en la capital de Mendoza.
La víctima se trasladó en su Volkswagen Fox hasta el sitio en cuestión y en su poder llevaba 4.009.000 pesos para cambiarlos por 22 mil dólares porque estaba ahorrando para su viaje a España.
En esas circunstancias, el periodista fue apuñalado con dos cuchillos en el tórax y cuello, mientras se hallaba en el interior de su vehículo.
Según testimonios, aún con vida y casi inconsciente, la víctima tiró las llaves de su auto a la calle, pero el agresor las recogió, corrió a la víctima al asiento del acompañante y se dio a la fuga.