"Tengo partidas dos muelas, pero lo más importante es que estoy bien. Lo que más me duele es la mandíbula y la parte posterior de la oreja”, contó el lateral de Quilmes Matías Orihuela, que tras la patada que sufrió por parte de Ivan Furios debió pasar la noche internado. Ahora, ya recuperado, se unió al grupo para los tres partidos que quedan por disputar.
La desesperación de Orihuela por marcar, por salir de la racha negativa, lo llevó a tirarse con todo en busca de la pelota. Sin pensar, con el cuerpo para adelante. Casi un espejo del partido que jugó el equipo ante Patronato. Casi un calco de cómo viven estos momentos tan duros.
“Cuando me enteré que perdimos me puse a llorar y me agarró un ataque de nervios. Si hubiésemos jugado más partidos como ante Patronato, todo hubiera sido diferente”, lamentó el ex lateral de Estudiantes de La Plata.
Pasados los días, Orihuela repasa una y otra vez la jugada que le pudo haber dado la victoria. Pero todo se corta en forma abrupta tras el golpe. En este sentido, manifestó: “Me acuerdo que Contreras la puntea, voy a definir y de ahí no me acuerdo más nada. Loustau me dijo que fue un claro offside. Fue una lástima porque sentíamos que lo íbamos a ganar”.
El lateral también contó cómo fueron las primeras horas tras el traumatismo y que su agresor tuvo un gesto digno. “Al principio tuve muchos dolores y a la noche me costó dormir por el resultado. Con Furios hablé esa misma noche y tuvo la gentileza de pedirme disculpas”, aseguró.