La pasión por el juego de los dados le viene a la raza humana desde muy lejanos tiempos. En excavaciones arqueológicas realizadas en Europa Occidental, que se remontan a la Edad de Hierro, se han encontrado “dados” que provienen de aquellos primitivos tiempos, fabricados con huesos de oveja. También hay referencias de su existencia 300 años antes de Cristo en las tumbas reales sumerias de Ur, al descubrirse cubos con inscripciones en sus seis lados. Ya avanzando en el tiempo se han descubierto dados en los antiguos túmulos funerarios egipcios y tanto en la Grecia clásica como en la Roma imperial el juego de los dados era muy conocido. Basta recordar que la túnica que llevaba Cristo antes de ser crucificado, no fue cortada entre los centuriones que los crucificaron, como era costumbre, sino que para no romperla fue sorteada entre ellos en un juego de dados.