El mate sigue siendo la bebida popular por excelencia, y es tan importante como hábito y como industria que se merece que le prestemos la atención debida, por eso traigo a colación a un habitante mágico de la Naturaleza: se trata del gnomo Meretites, quien vive en lo profundo de la selva misionera.
De todos los Gnomos es el más atractivo ya que su cabellera es lacia y de color marrón verdoso, y cuida con afecto a un viejo padre indio casi ciego que se había negado a seguir el curso de la nómade tribu a la que pertenecían, este viejo aborigen el cual tenía plena amistad con el Gnomo, decía: Ya no tengo fuerzas para cambiar de morada.
Así fue como Meretites respetó su deseo y cuidó del aborigen por siempre, caminaron juntos y descansaron bajo distintos árboles, entre ellos el árbol que daba al anciano aborigen paz y energía. Meretites fue reconocido y visto por muchos aldeanos de Misiones y Corrientes, y los mismos le dejaban tabaco y vino tinto en la puertas de sus viviendas para que este gnomo los proteja y les de abundancia.
Así pasaba el tiempo protegiendo al indio viejo y alimentándolo con frutos y pescando y sosteniéndolo en la misma selva donde este anciano decidió vivir.
Una tarde de mucho calor el Gnomo Meretites le dijo al anciano que le iba a dar un gran secreto que pasaría las fronteras y que ya había llegado la hora que lo sepa, plantó cerca de él un pequeño árbol al que el anciano tendría que regar siempre, así fue como se hizo y al poco tiempo ese árbol era robusto y grande.
Así fue como Meretetis enseña al viejo indio el secreto que de esas hojas se podía tomar una bebida gratificante que calmara su sed, curara sus males y lo acompañara siempre. Y Meretites desapareció, mientras tanto el viejo indio así lo hizo y se fue recuperando milagrosamente, y llego caminando a una gran Aldea donde reveló su secreto. Entonces fue recompensado. La bebida fue adaptada en sus formas y uso y se comenzó a tomar con una especia de tubito realizado con una caña, lo que hoy conocemos como bombilla.
El Gnomo Meretites, miraba de lejos y se regocijaba sabiendo que el humano lograba aceptarla ya que eso mismo tenía propiedades benéficas a sus cuerpos. El viejo indio ya recuperado llama a Meretites para agradecerle y el gnomo de la selva se hace presente y le da otros secretitos: "Diles a los humanos que cuando quieran convocarme para su suerte solo dejen cada 21 días en algún costado de la entrada de su casa o jardín o cantero lo siguiente: En un recipiente de vidrio, 7 monedas doradas, una capa de azúcar negra y yerba mate pura, o sea su ningún aditivo extra.
Esto mismo se dejará por 21 días y cumplidos estos, se recambiará por otro nuevo. Meretites dice que al hacer esto hay que llamarlo y hacerle su pedido ya que él estará ahí brindando y energizando su deseo. Y nuestro gnomo también nos revela el lenguaje del mate:
Mate amargo: indiferencia, no esperes nada.