
En tres meses se conocerá la definición, cuando se juegue, el 1 de junio, la revancha. Por ahora hay que decir que Racing, con el gol de Mansilla, cerró el choque de ida con un triunfo que le da tranquilidad. Es cierto que pudo lograr una ventaja mayor, por su méritos y por la pobreza de Rionegro Aguilas, el humilde equipo que llegó a Avellaneda con el limitado objetivo de arrebatar un punto.
El inicio del partido fue por demás parejo. Con Racing dispuesto a imponer presencia en tres cuartos de manera de asumir el protagonismo envalentonado por su condición de dueño de casa; pero el equipo colombiano, después de advertir que hacía pie defensivamente, se animó a sumar gente en el medio como para abandonar el papel de partenaire e inquietar a Orion con alguna réplica.
Pero dentro de ese contexto, Racing fue el más intenso; complicó con centros y, aunque la defensa rival se cerraba bien, no bajó los brazos en sus intentos. La más clara llegó después de la media hora, con una pelota parada desde la izquierda, centro de Acuña y aparición libre de Víttor en un movimiento colectivo de distracción que el arquero Hernández desvió con un manotazo bárbaro.
Esa primera parte terminó igualada y con los ánimos caminando por la vereda de las rispideces y discusiones cada vez más encendidas. Estas fricciones amainaron en el complemento aunque el trámite siguió siendo apretado, con Rionegro haciendo valer su potencia física en las pelotas divididas.
Cocca no tardó en mandar a la cancha a Mansilla y Brian Fernández y, sobre el cuarto de hora, encontró el password para abrir el cerrojo colombiano: centro de Víttor desde la derecha, Bou la bajó con un pie y cedió a Mansilla con el otro para que el pibe, con el revés del pie, empujara la pelota contra un palo y marcara la resistida apertura.
A partir de allí Racing ganó en confianza y empujó en pos de ampliar esa ventaja, cosa en la que no estuvo de acuerdo Hernández con dos atajadas bárbaras, una ante Lautaro Martínez y la otra, la mejor, desviando un tiro tremendo de Insua.
Pero los colombianos, que aún en desventaja apenas tuvieron bríos para responder con un remate al arco de Orion (que se fue muy alto), se sintieron cómodos con el resultado adverso por mínima diferencia y no recibieron con mala cara la noticia del final.
Para Racing, el 1 a 0 tuvo sabor a poco, aunque el orden que mostró el equipo, además del marcador, le da la tranquilidad suficiente para esperar la revancha que llegará dentro de mucho tiempo.
El relato y las estadísticas