De a poco comienza a armarse el Mundial de Rusia 2018. Además del país organizador, otras cinco selecciones consiguieron su pasaje a la Copa del Mundo del año que viene. A excepción de Oceanía, cuyo cupo depende del repechaje ante un combinado de Conmebol, todas las confederaciones tienen al menos un representante clasificado.
Rusia ya estaba clasificada hacía años, cuando se enteró que FIFA le designaba la organización del Mundial de 2018. Mientras prepara los estadios y las sedes, el entrenador Stanislav Cherchésov ultima detalles con el combinado que el próximo 9 de noviembre recibirá al combinado argentino en Moscú.
En Sudamérica, el primero en acceder fue Brasil. El equipo de Neymar, reconvertido por Tite, arrasó en las Eliminatorias Sudamericanas y se acomodó como líder absoluto del conosur. En las últimas fechas FIFA consiguió el cupo, y en estas jornadas descansó y aprovechó para hacer ensayos tácticos.
Irán se metió caminando a Rusia: en nueve partidos, ganó seis y empató tres. El dato es que no le convirtieron goles en toda la eliminatoria. En su zona estaba Corea del Sur, que no pudo contra el conjunto que se enfrentó a Argentina en Brasil 2014. En su misma confederación, en la otra zona, se metió Japón: tuvo rivales más complicados, como Australia y Arabia Saudí, pero se aseguró una plaza una fecha antes del final.
Eterna promesa, Bélgica parece estar fortalecido: aquellos juveniles con proyección que irrumpieron en Brasil y asustaron a Argentina en los cuartos de final del último Mundial ya son una realidad, y el combinado belga desfiló en su zona de las Eliminatorias Europeas. Ganaron siete partidos y empataron en una ocasión: metieron 35 goles y solamente le convirtieron tres. Romelú Lukaku y Eden Hazard prometen causar problemas en Rusia.
En Concacaf pasó lo de siempre: México no sufrió ni un apriete ante sus rivales diminutos, como Honduras, Panamá y Trinidad y Tobago. Como suele ocurrir habitualmente, las tres plazas se las reparten con Estados Unidos y Costa Rica. Los aztecas ya están en Rusia después de una quinta fase invicta. El profesor Juan Carlos Osorio está haciendo un trabajo fuerte.
Corea del Sur es una fija en los últimos Mundiales: no faltan a la máxima cita desde 1986, cuando se dedicaron a pegarle a Diego Maradona en México. Esta clasificación fue compleja. No cuentan con figuras como en otro momento, pero mantienen el espíritu, el ADN: la lucha, la furia, la garra. Consiguieron uno de los cuatro cupos que ofrece Asia después de un empate sin goles frente a Uzbekistán como visitantes.
En los últimos tiempos, Arabia Saudí se hizo habitué de los Mundiales, luego de la presentación mística en Estados Unidos '94. En 2012 hicieron un cambio de mando que, cinco años después, da frutos: Arabia Saudí trabajó en una zona compleja, lidió con Japón y Australia, dos potencias de la confederación, y mandó a los oceánicos a jugar una repesca contra Siria. Este grupo de jugadores habilidosos dirigidos por Bert Van Marwij, el técnico que llevó a Holanda a la final de Sudáfrica 2010, busca hacer historia en Rusia.
Argentina, de momento, deberá esperar.