El grupo británico Radiohead se presentó la noche del sábado en el predio de Tecnópolis de Buenos Aires con un show en el que se despojaron de varios clásicos para cimentar una gran performance con un impecable sonido.
Tras unos interminables 75 minutos del final del show de Flying Lotus, las luces se apagaron para que Thom Yorke solo con su piano interpretara Daydreaming, tema del último álbum A Moon Shaped Pool.
Desde este primer minuto, el cantante y principal compositor hizo gala de la perfección en su amplio registro vocal con una interpretación emotiva y lacerante que se coló en la intimidad de los presentes, transformando este masivo show para 40.000 personas en un concierto intimista.
Luego a Yorke se le sumaron Phil Selway, Ed O’Brien y los hermanos Johnny y Collin Greenwood, para tocar Full y el festejado 15 Steps. La enorme pantalla ovalada que pendía tras el escenario se entendía muy bien con el psicodélico juego de luces. Sin embargo, esta puesta en escena se vio opacada por la decisión de la banda en reproducir las lisérgicas visuales en las otras tres pantallas del predio, impidiendo que quienes se encontraban a 200 metros del escenario pudieran ver qué sucedía sobre él.
Más allá de eso el quinteto de Oxford sonó a la perfección hasta que el recital debió suspenderse por casi 15 minutos cuando una de las vallas de contención sufrió inconvenientes en el comienzo de The Gloaming, canción que el vocalista cantó a capela luego de interrumpirla para que solucionaran el problema. “Estamos con problemas de seguridad. Por favor, den unos pasos para atrás mientras los solucionan. En uno minutos seguimos tocando”, dijo Yorke y se bajaron del escenario.
Luego volvieron para hacer Desert Island Disk, Climbing Up The Walls, Exit Music (For a Film), The National Anthem e Idioteque. También estuvo en esta primera parte de bises There There, aunque en una fallida reversión a la que le robaron la mágica distorsión con arrastre de cuerdas, a la vez que el cambio de timbales de O’Brien le quitó el poder de los graves a la percusión.
Para los segundos bises, el grupo sonó con Presente Tense y una impresionante y rockera versión de Paranoid Android para culminar, casi a desgano, como en su primera visita de 2009, con Creep.