Después del escándalo en el vuelo de Austral, y de las polémicas declaraciones en las revistas Gente y Caras, Vicky Xipolitakis decidió terminar con su encierro y en la noche del jueves fue a cenar junto a su amiga Moria Casán.
En la mesa estaba la diva, su asistente Galo, Vicky y Marcelo Polino quien es amigo de la vedette. A la salida del restaurante y en medio de un operativo de seguridad, la vedette conversó con los periodistas: "No tengo nada para decir, ya hablé mucho. Lo único que tengo para decir es perdón".
De esta manera, se refirió a las recientes declaraciones que realizó para medios gráficos. Luego, se refugió en un auto y fue consolada por Galo y en las imágenes, se la puede ver llorando y muy quebrada.
Quien sí habló con los periodistas fue Moria, que confirmó que está haciendo terapia para poder concientizarse de sus problemas y admitió que no está pasando un bueno momento. "Está nerviosa y es su primer escape a la realidad. La vi bastante bien, empezó terapia ayer. Simplemente concientizar que tiene un problema y que empiece con terapia con lo divague que es ella, me parece importante. Son pasos que la van a ayudar a ser mejor persona y crecer", aseguró.
Moria dijo que recibió a una amiga y que en lo que pueda ayudar ahí estará. "De mi parte hago lo que puedo para contener y ayudar a una persona que considero mi amiga", contó.
La diva dijo que se dieron un abrazo "muy tierno" y volvió a remarcar que no está para darle consejos sino para contenerla como una amiga. Moria, en su momento, intentó despegarse del escándalo y admitió sentir vergüenza, pero ahora parece haber reflexionado. "Estoy avergonzada y angustiada por todo lo que se generó por una persona con una adicción dura que es a ella misma", había declarado sobre este asunto.
Lo que llama la atención es que si bien se mostró destruida en lo anímico y llorando, según contó Jorge Rial, en las próximas horas la Griega reaparecerá en un programa de Ideas del Sur y anoche tuvo una charla con el Chato Prada para arreglar su regreso a Ideas.