El campo de juego del Monumental no estaba nada bien en la mañana de este viernes y una cuadrilla de varios empleados del club que trabajan en el mantenimiento salieron a tratar de mejorarlo. Las intensas lluvias que cayeron durante toda la madrugada le agregaron aún más preocupación a Marcelo Gallardo, quien salió de la concentración un par de veces antes y después del mediodía para mirar y pisar el pasto. Varios jugadores lo siguieron.
El panorama no era bueno, el césped se veía verde y parejo, pero por debajo el agua no había escurrido por la primera capa de tierra y arcilla, haciendo que hasta la pelota tuviera dificultades para rodar. Además, jugar con esa cantidad de agua haría levantar los panes de pasto que fueron resembrados hace un mes.
Por eso salió a la cancha una herramienta, una especie de secador rodillo, que tiene una esponja que absorbe el agua y la saca de debajo del pasto. De este modo, los cancheros aceleraron el proceso de drenaje, que es por demás complicado en el campo de juego del Monumental desde hace muchísimos años y que cada fin de temporada se pone peor.
De ahora en más, y ante el largo receso que habrá por el Mundial, el campo de juego va a ser levantado en su totalidad y vuelto a sembrar. Por esa razón, durante dos meses no podrá ser utilizado. De este modo, intentarán de una vez por todas solucionar un problema que se arrastra desde mayo de 2007, cuando por un evento de rally se destruyó el césped.