Descendió hace apenas quince días pero el calendario ya lo apremia. El viernes empezará la pretemporada pero las peleas internas le desviaron la atención del principal objetivo. Ahora debe recuperar el tiempo perdido.
La historia reciente de Independiente transitó siempre por un camino plagado de piedras. Cuando no fue un embargo (hasta del manager que recién se había ido) fue un enfrentamiento con la barra, cuando no fue un pedido de quiebra fue un intermediario que eligió otros destinos para los refuerzos elegidos por el Rojo.

El sendero que desembocó en el descenso estuvo regado de inconvenientes a sortear. Una circunstancia que parece repetirse ahora, cuando las urgencias vuelven a apremiar, ante la necesidad de armar el equipo que el sábado 3 de agosto empezará a recorrer su etapa en la B Nacional.

Brindisi presentó una lista de refuerzos y de prescindibles, "pero entre los allanamientos de Oyarbide en la sede y el problema de la violencia en la asamblea, nos retrasamos en las negociaciones solicitadas por el entrenador", explicó el presidente Javier Cantero quien ayer mantuvo un par de reuniones con representantes.

Hasta el momento ya quedaron resueltas las desvinculaciones de los jugadores a los que les vencieron los contratos: Ferreyra, Gabbarini, Farías, Santana y Contrera. A ellos habrá que sumar a Tuzzio (se retiró de la actividad) y, cuando se acuerde sus rescisiones, a Hilario Navarro, Víctor Zapata y Roberto Battión (tienen un año más de contrato y buscan un acuerdo para su salida). El otro que dejaría el club es Luciano Leguizamón (no tiene respaldo ni del público ni del plantel).

También es muy difícil que se logre la renovación con Leonel Galeano, algo que parece más cercano con Fernando Godoy y Fabián Vargas.

Uno de los que acordó su continuidad es Gabriel Vallés, mientras que Cristian Tula, Claudio Morel Rodríguez y Daniel Montenegro tienen contratos vigentes con Independiente (un año más) por lo que seguirán en la institución.

Con esos apellidos anotados de un lado de la planilla, ahora se hace indispensable empezar a inscribir los nuevos que espera el DT: "Deben ser jugadores que estén en Primera o hayan jugado bien en la B Nacional", señaló Brindisi. Pero hasta ahora, no hay novedades.

Las alternativas son las que se conocen: Mauro Matos y Humberto Osorio (por ambos se realizaron ofertas), más Carlos Bueno como tercera alternativa en cuanto a delanteros. En cuanto al mediocampo, Martín Zapata tiene prioridad sobre Martín Galmarini. A estos nombres se podrían sumar otros que figuran bajo estricta reserva entre dirigencia y cuerpo técnico.

Mientras tanto, la cuenta regresiva sigue avanzando en el reloj de la incertidumbre. El viernes, en Villa Dominico, Brindisi dará la primera charla después de la vuelta de página. Dos días más tarde partirá rumbo a Salta para hacer la pretemporada. Para entonces, el DT esperaba tener a casi todos los refuerzos. A 34 días del puntapié inicial en el torneo que Independiente nunca imaginó jugar, las noticias que permitan recuperar una mueca de sonrisa, todavía no han llegado.


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