El clima otoñal que caracterizó el Año Nuevo se alejó de la Costa Atlántica y promete no volver por un tiempo. El sol brilló con esplendor desde las primeras horas del jueves y así, aunque la temperatura todavía no llegó a inflar el termómetro, el día se tiñó de celeste para invitar a los muchos turistas que han llegado a la ciudad a invadir las playas y empezar a disfrutar de un verano remolón que, poco a poco, va comenzando a estirar las piernas para mostrar su mejor aspecto.
Pese al paisaje de sol radiante que pintó la jornada de jueves, la temperatura apenas alcanzó los 20 grados (con la misma sensación térmica) por lo que el mar fue de acceso exclusivo para los más valientes y los niños, que como se sabe, no sienten el frío.
El viento del sur fue el gran responsable de que la temperatura no cobrara valores propios de la época, pero a la gente no le importó. Las ganas de playa, que habían estado contenidas durante los dos primeros días del año, no se podían seguir guardando, por lo que desde muy temprano se inició el desfile de personas rumbo a los distintos balnearios, buscando disfrutar del aire libre.
Eso sí, el sol brilló con ímpetu e hizo sentir su implacable presencia, por lo que a la gente se le hizo indispensable echar mano a los protectores solares, que en esta época del año deben ser de factores altos ya que buena parte de los recién llegados aún tienen la piel poco curtida por el sol y precisamente por eso es aconsejable evitar excesos en los primeros días de exposición.
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Con estas características climáticas, el ánimo y el humor de los visitantes de cada punto de la costa cambió, así como la predisposición de grandes y chicos, teniendo en cuenta que el pronóstico para los próximos días es muy favorable, incluso en cuanto al incremento de la marca térmica.
Es que para hoy se esperan unos 26 grados con la rotación del viento, ya que se prevé que a mitad de la jornada empezará a soplar desde el Norte. De esta forma, si todo marcha según lo previsto, para el fin de semana se espera que el termómetro llegue a los 30 grados y, entonces sí, el verano explotará para beneplácito de todos.
En cuanto a la ocupación que se advierte en la ciudad, más allá del éxodo que se vio por motivo de las fiestas de fin de año, está claro que muchos turistas han resuelto quedarse en la ciudad en lo que parece el inicio de las vacaciones de varias familias.
Con este panorama, la principal atención de los operadores turísticos pasa por esperar a ver qué sucederá cuando finalice el primer fin de semana del 2019, momento en que llegará la hora de hacer un balance concreto del movimiento de turistas y a partir de los números hacer una proyección sobre cómo será el resto de la temporada de verano de este año.