Una vez más, el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, volvió a quedar en el medio de una polémica al compararse con Adolf Hitler y al confesar que le gustaría matar tres millones de drogadictos, en el marco de la "guerra total" contra las drogas declarada por el mandatario en junio y que ya le costó la vida a más de 2.500 personas.
"Hitler masacró a tres millones de judíos. Ahora hay aquí tres millones de adictos. Me gustaría masacrarlos a todos", sostuvo el mandatario asiático.
Según la información difundida por la propia Presidencia filipina, el jefe de Estado fue contundente. "Si Alemania tenía a Hitler, Filipinas tendrá mis víctimas, que querría que fueran todos los criminales para acabar con el problema de este país y salvar a la próxima generación de la perdición"
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Como consecuencia de su política, varios organismos internacionales y de defensa de los Derechos Humanos han cuestionado duramente a Duterte.
Esta no es la primera polémica generada por el actual presidente; un mes antes de asumir advirtió en una rueda de prensa que "la libertad de expresión no te puede ayudar si has hecho algo malo a alguien", cuando fue consultado sobre cuáles serían las garantías para los trabajadores de prensa durante su gobierno. "Sólo porque seas periodista no quedarás excluido de los asesinatos si eres un hijo de puta" sentenció.