Le sigue arrancando suspiros a la platea masculina, pero
a sus 45 años ya no quiere vivir pendiente del cuerpo
ni basar su carrera en el físico
Por LULY VITCOP
En la vida hay momentos que hay dar los giros que te pide el cuerpo. Así hoy se siente la bella actriz venezolana e integrante del jurado de Talento Argentino, Catherine Fulop. Después de los 40, las mujeres sienten un cambio orgánico y que el cuidado del cuerpo ya no es una gran prioridad. Fulop, con 45 años cumplidos, sigue arrancando los suspiros de los hombres pero, según ella misma, encontró su límite: “Basta de gimnasia y no me volvería a poner las plumas para subirme a las tablas”.
Es cierto que Fulop una sola vez en su carrera trabajó de vedette. La convenció Jorge Guinzburg y, como era de esperar, lució su impactante silueta y convenció en el año 2007. Desde entonces, las ofertas todos los veranos se repiten una tras otra. ¿Quién no recuerda en febrero de 2009 cuando la actriz protagonizó el “piscinazo” en el país vecino, Chile? La mujer había sido votada por los periodistas latinoamericanos como Reina del Festival, lo que significa que apareció en un bikini muy hot y se tiró a una pileta de un lujoso hotel para el deleite de los chilenos.
A los 45 años Fulop había demostrado que podía llegar al podio de las mujeres más infartantes, superando a las bombas sexies entre los 20 y 30 años, como Rocío Marengo y Jesica Cirio. Una decisión difícil de tomar. A ella la encuentra en el momento en el que el rol de madre tiene que estar más presente que nunca con dos hijas que ya entraron en la adolescencia.
En un rapto de gran sinceridad, Fulop habló sin pelos en la lengua y se colocó en el mismo lugar que la mujer común: “Yo me pregunto ¿hasta cuándo voy a estar haciendo ejercicios por televisión (su programa Catherine 100% en Fox Sport era uno de los más vistos por las mujeres en ese canal)? La piel se cae, ¡te lo juro! Estoy más relajada y en un momento de la vida con otros intereses. Te cansa estar haciendo todo el tiempo gimnasia. Hoy el tiempo invertido en gimnasio se redujo. Sólo cumplo con algunos ejercicios para mantener una calidad de vida. Hoy mi hobby está relacionado con la fotografía, me la paso sacando y retocando fotos”, contó la actriz venezolana, como si hubiera sido un cambio natural en su vida.
Uno siempre tiene la idea de que para las mujeres bellas el paso del tiempo nunca llega o, dicho de otro manera, ellas mismas muchas veces no lo tienen asumido. No es el caso de Fulop, quien con toda naturalidad gritó a los cuatro vientos: “No me preocupa tener un rollito”. Pero esto no quiere decir “tirar todo por la borda”. El retoque y el decoro forma parte de la personalidad de Cathy: “Igual te confieso que al nutricionista sigo yendo. Tengo que bajar cuatro kilos. Hoy ya no me obsesiono, pero, por supuesto, no los quiero tener. ¿Sabés qué pasa? Primero son cuatro kilos los que tenés que bajar y si no ponés atención, después ese número sube. Para colmo se viene el verano y me quiero ¡ir de vacaciones! y siempre hay algunos kilitos para rebajar”.
“Etapa quemada”
En 2008 Catherine aceptó el desafío de competir en Bailando por un Sueño, pero el encantamiento duró algunos meses porque después la actriz-conductora presentó la renuncia. Justamente, lo que menos le afectó fue la exposición del cuerpo al compás de las danzas con vestimenta muy sexy. Cathy no soportó la discusión mediática y le costaba someterse al juzgamiento del temido jurado.
La producción de Marcelo Tinelli la había visto un año antes protagonizar la revista Un País de Revista, con producción de Jorge Guinzburg. Y logró con su cometido, impactó con su físico. En aquel entonces, Cathy acusaba 41 años. Después de un largo trabajo de convencimiento, Guinzburg sostuvo: “Creo que Cathy reúne todas las condiciones para ser la gran vedette. Por el lomazo, la simpatía. Porque actúa y por su sensualidad. Un capocómico hace reír antes de subir al escenario. En el caso de una vedette, impresiona antes de moverse. Cathy es la mujer que las mujeres quieren y que los hombres desean”.
Guinzburg le encontró la definición exacta. Pero Cathy volvió a hacerse la difícil para volver al teatro de revista. Nunca lo hizo, pese a las ofertas de Nito Artaza y del ex socio de Guinzburg, Daniel Comba. En aquella época la pregunta inevitable era cómo se cuidaba y ella solía contestar: “Como lo necesario y tengo profesionales que trabajan conmigo, como mi nutricionista, mi personal trainer, mi dermatóloga o mi cirujano. Todos están pendientes de los tratamientos nuevos”.
Hoy la esposa de Osvaldo Sabatini transita por otra etapa: “No me voy a poner nunca más las plumas. Como todos los años, me habló Daniel Comba, quien siempre me propone volver al teatro de revista. Pero ya es una etapa quemada. Ya probé”. Sus horizontes son otros a sus 45 años.
Su pasión, el teatro
Desde hace tres años que es una de las integrantes del jurado de Talento Argentina. En el rol que la muestra como la más sentimental y sensible a la hora de la votación en comparación a Maximiliano Guerra y Kike Teruel. Para Fulop la actuación es una materia pendiente: “Acabo de hacer una breve participación en la película Solos en la Ciudad, que se está por estrenar, del director Diego Corsini, con los protagónicos de Felipe Colombo y Sabrina Garciarena. Dentro de la actuación, me gustaría abordar otros géneros diferentes a la telenovela”. En nuestro país ella se hizo conocida por los culebrones venezolanos que encabezó con su ex marido y galán, Fernando Carrillo.
La actriz confesó que tiempo atrás hubo un intento por abordar la ficción e incluso retomar el teatro (protagonizó entre otras obras Educando a Rita y El Club de las Divorciadas). “Teníamos ganas de producir y hasta hace un año queríamos comprar un teatro, porque acá el que gana plata es el dueño de la sala. Empezamos a buscar locales, para remodelarlos como teatro, y teatros cerrados. Mientras estábamos averiguando el precio de los materiales de construcción, Ova se asoció con unos tipos que están en este rubro. Entonces, me dejó a mí sin teatro (ríe). Y yo me empecé a dedicar cada vez más a la fotografía y me puse a estudiar. Igualmente, este proyecto queda para más adelante porque los dos amamos el teatro. Sé que Pablo Echarri para su nueva tira lo llamó a Ova para producir juntos, pero él ya está muy metido en la construcción. Los dos practicamos la filosofía de hacer una cosa por vez”.
A falta de teatro y de exponer mucho menos su escultural figura, Cathy encontró una nueva pasión: la fotografía. “Cuando no puedo hacer teatro porque es muy demandante y debo ocuparme de mi familia, la fotografía es una buena salida de expresión artística. A veces siento la necesidad de hacer más cosas... Esta vez quiero estar del otro lado”, contó la actriz y cumplió.
Fulop acaba de presentar su trabajo fotográfico en el que convocó a doce madres famosas argentinas, entre ellas Araceli González y Eleonora Wexler, para un almanaque y recaudar fondos para Fundalam (Fundación para la Lactancia Materna). Su trabajo fotográfico fue presentado días pasados en el Malba (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires).