Si estudiamos zoología vemos que en todas las especies los grandes se comen a los más chicos. A su vez, cuanto más pequeña es la ubicación en la escala se reproducen en mayor cantidad. Pero tienen sus reglas específicas. Hay una selección de la calidad. Sólo los mejores son los que engendran.
Quien la alcanza la fecunda y los otros son eliminados. Las hormigas, las abejas y otras obran de la misma forma. Así vemos que las hembras son seguidas por séquitos solamente para mantener a la especie en su mejor estándar. Pero el humano ha cambiado, como la gran mayoría de las cosas, según su pequeña mente y criterio. Hoy, para el ser bípedo y humano, el dinero y el poder es lo importante. Los otros valores no se toman en cuenta. Lentamente la especie va decayendo.
Lenta, pero continuamente. Sólo recordemos. Los hombres antiguos podían llevar una armadura, que no era liviana, y peleaban hasta morir. Hoy recurre a la facilidad que le dan las armas de fuego, que cualquiera la maneja y causa estragos. Además, es la única especie que no toma en consideración si están o no capacitados para dejar sucesores. Así, en muchos casos, bajo la excusa de que no debe haber discriminación, se permite que el ser humano, se vaya deteriorando.