Por primera vez en mucho tiempo, Cristina Kirchner finalizó una semana sin hacer declaraciones públicas, ni siquiera a través de las redes sociales. Luego viajó a Santa Cruz para pasar la Navidad. Capitanich y De Vido fueron las voces del Gobierno Nacional los últimos días.
Siguiendo las recomendaciones médicas tras la operación del hematoma intracraneal, la presidenta Cristina Kirchner cambió en las últimas semanas su perfil y le imprimió una nueva impronta a su gestión, reduciendo el alto nivel de exposición que la caracterizó en los últimos años.
Existen indicios de que se estaría abriendo definitivamente una nueva etapa en la modalidad de trabajo de la Presidenta, dejando atrás las cargadas agendas de actividades con numerosos viajes al conurbano o el interior del país para liderar extensos y desgastantes actos con discursos, que marcaron hasta aquí su estilo.
De hecho, en algo poco usual, concluyó esta semana sin realizar declaraciones públicas, ni siquiera mediante la red social Twitter, que había vuelto a utilizar después de mucho tiempo, el viernes 13 de este mes para referirse a las huelgas policiales.
Se manejó de esa forma a pesar de que se trató de una semana marcada por temas resonantes, entre ellos los rumores sobre posibles nuevos saqueos, a los que había condenado duramente en su último discurso por los 30 años de la democracia, y en medio de la ola de cortes de energía que generó duras críticas de la oposición.
Las voces cantantes sobre estos temas las llevaron el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien amenazó con estatizar Edenor y Edesur, y el ministro de Planificación Julio De Vido, quien se encargó de salir al cruce de las argumentaciones vertidas por las empresas.
Capitanich, que se convirtió en las últimas semanas en ministro y vocero todoterreno del Gobierno, había anticipado al asumir que habría cumplir el rol que le asigna la Constitución nacional como "jefe de la administración del país", para lo cual ofrecería conferencias de prensa en forma habitual, convocaría a los gobernadores a reuniones "bilaterales" y concurriría al Congreso a dar un "debate público" con la oposición.
"La misión principal del jefe de Gabinete está expresamente establecida en la Constitución Nacional. Debemos cumplir y hacer cumplir con lo que la Constitución prescribe en su artículo 100, que es que el jefe de Gabinete de Ministros es el jefe de la administración del país. Mientras la Presidenta es jefa suprema de la Nación y responsable de la administración, el jefe de Gabinete entiende y ejecuta la administración del país", señaló Capitanich en su primera conferencia de prensa.
Así, durante la semana Cristina Kirchner limitó su actividad a un puñado de audiencias (DAIA, Centro Islámico) y a dos actos en los que normalmente no se brindan discursos, como los de ascensos de oficiales de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas de Seguridad. Y la situación se mantendrá de la misma forma en las primeras semanas del año próximo ya que la mandataria se instaló en Santa Cruz, donde tiene pensando pasar las fiestas y permanecer ahí hasta alrededor del 5 de enero.
Esta época del año de extremo calor suma otro ítem para que la mandataria recorte sus exposiciones públicas, a fin de contrarrestar sus recurrentes lipotimias y descensos de presión que le provocan la exposición a las altas temperaturas y que en años anteriores la obligaron a cancelar su agenda y guardar reposo durante días.
Si bien se muestra comprometida a cuidar su salud y seguir al pie de la letra las recomendaciones del equipo de médicos que sigue situación, aún es imposible de establecer si finalmente Cristina Kirchner mantendrá este nuevo estilo de trabajo para encarar los dos últimos años de su gestión. Tras los meses del receso veraniego, marzo se asoma como un mes clave en el que podría definirse el ritmo de trabajo que terminará adoptando la mandataria para continuar afrontando los distintos temas de la administración nacional.
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