El miedo más que otros factores ("la economía le hizo todo el daño al gobierno que le podía hacer, de la misma manera que la corrupción se lo hizo al kirchnerismo") es la variable de decisión del votante, señaló Giacobbe

El miedo más que otros factores ("la economía le hizo todo el daño al Gobierno que le podía hacer, de la misma manera que la corrupción se lo hizo al kirchnerismo"), es la variable de decisión del votante en estos momentos, señaló el analista y consultor político Jorge Giacobbe.

A dos semanas de las PASO, Giacobbe explicó que lo que más influye en el crecimiento de Macri en estos dos meses es que Cristina presentó fórmula. "Una vez que ocurre esto y que con Alberto Fernández se suben al ring, se genera la activación de los anticuerpos: le gente se asusta de esa fórmula y se repliega sobre Macri", sostuvo en diálogo con este diario.

Según el analista, para compensar los temores del electorado ambas fuerzas "alquilaron un vientre": Cristina lo hizo con Alberto para mostrarle al electorado que ‘no somos tan anormales’ y Macri con Pichetto para decir ‘no somos tan ingenuos’.

- ¿Cómo evalúa el poder de la coyuntura económica para influir en las posibilidades de uno u otro candidato? Cree que la estabilidad del dólar y el descenso de la inflación son decisivos para las chances del gobierno?

- Creo que la economía ya le hizo todo el daño al gobierno que le podía hacer, de la misma manera que la corrupción se lo hizo al kirchnerismo. Los tiró para abajo todo lo que se podía y me parece que las variables de decisión ahora tienen que ver más con el miedo a cada uno de los candidatos. En este momento de la Argentina en el análisis político suele haber una explicación bastante lineal y monocausal del repunte de Macri, basada en el parate del dolar y el repunte de la actividad. Pero yo creo que hay que pensar también en otras variables. La que más influye en función de este último crecimiento de Macri en estos dos meses, es que Cristina presentó fórmula. Una vez que ocurre esto y que con Alberto Fernández se suben al ring, eso genera la activación de los anticuerpos: le gente se asusta de esa fórmula y se repliega sobre Macri. Es lógico en todo par de opuestos como el que conforman Macri y Cristina que cuando crece uno también crezca el otro.

- ¿Cómo vislumbra que serán los resultados en Nación y Provincia?

- Nosotros en lo nacional tenemos tres puntos de diferencia a favor de Cristina y Alberto: 40 a 37 por ciento, aproximadamente. En provincia de Buenos Aires tenemos apenas centésimas a favor de Vidal, que va a necesitar un corte de boleta tan grande o quizás un poco mayor que esos 6,5% que hubo en 2015 si quiere ganar la elección de vuelta de una forma muy ajustada.

- ¿Qué influencia tendrán los alineamientos locales en las elecciones presidenciales?

- Lo que va a definir la elección en la provincia es ese alineamiento de los intendentes y el nivel de traición que pueda llegar a haber respecto de la boleta de Kicillof. Situación que ya hemos visto en 2015, que hemos visto muy fuerte en las elecciones del 2009 y del 2013. Recordemos las heridas que hubo en las relaciones en ese momento de Néstor y Cristina con los intendentes. Por ejemplo, el quiebre de la relación de Néstor con Massa. Creo que va a haber un gran nivel de apuñalamiento, me parece que los intendentes en PBA y los gobernadores para la nacional van a tener que decidir con quien quieren negociar en el futuro. Si prefieren hacerlo con un Cambiemos débil al que le ladran y le sacan algo, o prefieren negociar con el kirchnerismo, que tiene un estilo de conducción más duro.

- ¿Y en Ciudad...?

- La situación en la Ciudad de Buenos Aires es diferente. Rodríguez Larreta estaba registrando 46 puntos para la general y 54 para la segunda vuelta. De modo tal que está en capacidad para alcanzar los 50 puntos que necesita para ganar en primera vuelta. La pregunta es si eso es negocio para Macri. En una de esas, es mas negocio para Macri que Rordíguez Larreta no gane en primera vuelta, que vaya a segunda de modo tal que los votos del Jefe de Gobierno lo empujen para arriba en esa segunda vuelta.

- ¿Cómo ve que resultó el golpe de escena que hizo Cristina al subir a Alberto al tope de la fórmula presidencial y quedar ella como vice?

- La candidatura de Alberto es un acierto para Cristina que resuelve dos cuestiones, una personal y otra estratégica. La personal, es que ella no quiere ir a la pelea con Macri en la misma categoría y en el mismo lugar porque ella tiene temor personal de perder en esa contienda. Hay ahí una cuestión de estructura psicológica que es la misma que en su momento no le permitió entregarle la banda presidencial. La estratégica, es que ella no quiere ser presidenta y eso desnuda cuál es su visión de los próximos 4 años de la Argentina. Si ella creyera que la soja va a estar a 600 dólares y que Vaca Muerta estaría desarrollado en un 70 %, se tiraría a ser presidenta porque sería una fiesta. Que no lo quiera hacer, que no quiera siquiera intentarlo, deja claro que ve una Argentina muy difícil de administrar. Además, la elección de Alberto puede resolver en términos de campaña la idea de poner a la cabeza un candidato que no sea tan irritante como las figuras del kirchnerismo. Es de alguna manera decirle a la gente que ‘no somos tan anormales’.

- ¿Cómo juzga la estrategia de Alberto Fernández y la calidad técnica de su campaña?

- Lo que estamos viendo es una campaña muy desorganizada, donde no se entienden entre ellos. Donde la interna está a flor de piel, donde la Cámpora dejó mucha gente irritada. De modo tal que nos lleva a preguntarnos si quieren ganar la presidencia o no, o si quieren ganar la general. Ganar la general es un negoción, porque se quedan con gobernadores, intendentes, diputados nacionales, provinciales, concejales...es decir muerden una parte importante del poder. Y en todo caso, perder la segunda vuelta es no hacerse cargo del problema que viene, que son los próximos 4 años que van a ser muy malos. La candidatura de Alberto significa una mutación en el ADN kirchnerista. No solo buscan incorporar algo peronista sino que tratan de ser menos irritante para tratar de conquistar a los indecisos. Es la misa alquimia que en 2015. De alguna manera el kirchnerismo alquiló un vientre para ir a una elección poniendo un candidato peronista (Scioli en aquél momento) con un kirchnersita soplándole la nuca. Cambiemos por su lado hizo lo mismo: una mutación para incorporar un poco de peronismo. Con la incorporación de Pichetto también le dicen a la opinión pública ‘vieron que no somos tan ingenuos’ y ‘si tenemos que traer a un peronista lo traemos con tal de ganar’, ‘si tenemos que traer un 4 que rompa una pierna lo traemos’.

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