Dirigentes del ámbito político y personalidades de la cultura cuestionaron a la Iglesia católica por de la misa oficiada el sábado por el arzobispo Agustín Radrizzani, en la Basílica de Luján, a pedido de sindicalistas del gremio de Camioneros acusados de corrupción. El jefe de los senadores de Cambiemos, Luis Naidenoff, advirtió que la misa realizada por monseñor Radrizzani a pedido del camionero Hugo Moyano es “un mensaje complejo y peligroso” y dijo que no le “sorprenden en absoluto” las declaraciones de su hijo, Pablo Moyano, cuando afirmó que el acto se efectuó “con la venia” del papa Francisco.
“El Papa tiene derecho a hacerlo pero también tienen que blanquearlo”, dijo el senador por Formosa a radio Continental en referencia al apoyo del Sumo Pontífice a dirigentes argentinos acusados de actos delictivos, como la dirigente jujeña Milagro Sala.
En una carta difundida, monseñor Radrizzani aclaró no obstante que el papa Francisco “no ha tenido ninguna injerencia” en la decisión de oficiar la misa, sostuvo que fue una decisión de él, y aseguró que “nunca” tuvo “la intención de apoyar ni a un partido ni a una ideología ni a personas concretas”. Naidenoff sumó, de todos modos, críticas a la Iglesia al señalar que detrás de “las visitas” a Roma de personajes imputados por la Justicia argentina “hay un trasfondo político” y “así lo ha marcado el Papa -subrayó- desde que asumió el presidente Mauricio Macri”.
Desde la Cámara de Diputados, Daniel Lipovetzky (Cambiemos) consideró “inexplicable que la Iglesia participe de un acto político-sindical” y opinó que el hecho de “que haya participado una parte de la Iglesia merece explicaciones”.
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El diputado sostuvo que el acto del sábado organizado por los sindicalistas Hugo y Pablo Moyano “es de los sindicatos y eso es válido”, pero evaluó que “mucha gente que profesa el catolicismo no está de acuerdo con lo que se dijo en ese acto, ni coinciden con muchas de las cuestiones que se plantearon”.
“Yo no creía que (el Papa) Bergoglio era el jefe de la oposición durante el kirchnerismo ni tampoco creo que lo sea ahora”, aclaró Lipovetzky, pero advirtió que “si es verdad que el acto fue promovido por el Papa, es grave” y “deberían aclararlo más allá de que los dichos hayan sido de Moyano”.
Su compañera de bancada, Paula Oliveto, declaró por su parte que la Iglesia “no tendría que haberse prestado a semejante acto de extorsión con ellos en primera fila”, en alusión a los sindicalistas que, dijo, “se enriquecen a costa de sus trabajadores”.
‘Si una persona profesa la religión y está con problemas personales, está bueno que le pida ayuda a Dios. Pero esos problemas los tiene que resolver en el mundo terrenal, o por ejemplo ante la Justicia’, dijo el diputado radical Mario Negri. Y agregó: ‘Al apoyar a personas que están cerca de la cárcel por robar a sus afiliados o socios de un club, que no son precisamente ricos, esos obispos pierden autoridad para opinar sobre temas sociales’.
El economista José Luis Espert utilizó su cuenta de Twitter para cuestionar el encuentro en Luján. “Iglesia, peronismo y sindicalismo, un trío que está en el centro de nuestra decadencia. Pero se aferra a continuar y continuar. Triste”, escribió. El cineasta Juan José Campanella también apeló a un tuit para reprobar la participación de la Iglesia en una misa junto a los Moyano. “Gran homenaje a la Pasión de Nuestro Señor dio la Iglesia en Luján. Hasta reprodujeron en vivo la imagen de Cristo Crucificado rodeado de ladrones”, ironizó en alusión a la fotografía del arzobispo con los sindicalistas.