Randy Robinson fue un luchador profesional que supo ser una estrella en la década del 80 y ahora es pura decadencia: vive solo en un trailer, su salud pende de un hilo, tiene una hija que no lo quiere ni ver, trabaja descargando mercadería en un supermercado de mala muerte. Tras sufrir un ataque cardíaco debe tomar una decisión: o deja de pelear y lleva una vida sana y normal, o se sube una vez más al ring.
(TNT, martes a las 22)