En una emotiva ceremonia, se colocó una placa azul QR en el ingreso de esa necrópolis que fue inaugurada a fines del siglo XIX para los inmigrantes no católicos que llegaron al distrito.
En el marco del proyecto "Cartografías íntimas en comunidad", que se propone revalorizar la historia y la memoria del lugar, tuvo lugar la colocación de una placa azul QR en el antiguo Cementerio de Disidentes, ubicado en Garibaldi 3578 de Llavallol, la que permite a la comunidad acceder a su pasado y su conexión con el presente.
Las placas azules son un sistema internacional de señalización de bienes patrimoniales, que en este caso incorpora códigos QR que llevan a la historia y características de cada uno de los bienes señalizados inscriptos en un circuito local de memoria.
La iniciativa es impulsada por la Universidad de San Martín (UNSAM) y el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), con financiamiento de la Universidad de Bristol de Inglaterra y el apoyo del área de Patrimonio del Municipio de Lomas de Zamora.
"Fue un proyecto de recorrido de sitios de memoria que hicimos durante dos o tres años con chicos de escuelas públicas de Lomas", precisó el arquitecto Bruno Cariglino, uno de los integrantes del equipo de investigación, sin dejar de agradecer el apoyo de Eduardo Colson, presidente de la asociación sin fines de lucro que administra y mantiene impecable esta necrópolis histórica, como a la comisión directiva, al personal, y a todos los representantes de la comunidad que los acompañaron en la emotiva ceremonia.
La placa QR lleva a una página web con la historia de cada lugar, explicó Cariglino. Y no es la única del distrito. De hecho, ya se colocó en una el Cementerio Judío Ashkenazí y se colocarán en el ex Pozo de Banfield, el sitio de la Masacre de Budge, Santa Catalina y el ENSAM. Junto a Cariglino, estuvieron presentes por parte del proyecto Mónica Szurmuk, Francisca Ulloa y Gastón Bejas.
La historia del Cementerio de Disidentes se remonta a fines del siglo XIX. La llegada de inmigrantes generó una situación a la que había que darle respuesta: los disidentes no podía ser enterrados en los cementerios católicos. El proyecto fue encargado al arquitecto y vecino de Lomas Walter Bassett-Smith, quien al modo anglosajón, situó al verde como protagonista, inaugurándose en 1898.
Hoy se encuentra abierto a toda la comunidad y fue renombrado como "Cementerio Parque Bosques de Santa Catalina" y es un sitio patrimonial que se encuentra protegido a nivel municipal por la Ordenanza 16.087.
Su valor es tanto paisajístico y arquitectónico como simbólico, por ser el principal enterratorio no católico de la zona donde descansan los restos de vecinos de diferentes épocas y religiones, incluyendo figuras relevantes de la historia local y nacional, siendo además uno de los más importantes sitios de memoria del país sobre los argentinos caídos en la Primera y la Segunda Guerra mundial. En 1967 finalmente se creó la figura legal Asociación Cementerio Disidentes de Lomas de Zamora.
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