Quilmeño |
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La comunidad educativa de la Secundaria N° 36 y la Primaria N° 63 se encuentra conmocionada por otro hecho que tiene como protagonista a un menor de edad en estado de vulnerabilidad, que ya había intentado incendiar el establecimiento y que siembra temor con sus ataques.
Un ex alumno de 15 años autor de varios robos, destrozos y hasta de un intento de incendio en su propia escuela, ahora prendió fuego el auto de una docente de la Secundaria N° 36 de Bernal Oeste, hecho que generó alarma y preocupación en toda la comunidad educativa, ya que temen por la integridad física tanto de profesores como del estudiantado.
El joven conflictivo cursó sus estudios en la Primaria N° 63, que funciona junto con la secundaria en el mismo edificio ubicado en la intersección de las calles Montevideo y 187. Desde hace un tiempo dejó de asistir a clases y rápidamente fue protagonista de varios hecho vandálicos contra el establecimiento durante el último año.
Tal era su peligrosidad que el equipo directivo denunció estos hechos a las autoridades municipales y consiguió que le conectaran alarmas. Y no era para menos. El menor de edad apareció en el barrio vendiendo los elementos que habían sido robados en la escuela el día anterior, cuando, además, el edificio sufrió severos destrozos y un principio de incendio en algunos salones.
Y recientemente volvió a dar la nota. El lunes pasado, cerca de las 11 de la mañana, otro hecho volvió a alterar a la comunidad educativa. Vecinos de Bernal Oeste observaron cómo el chico se acercó al vehículo de una docente, un Ford EcoSport al que prendió fuego con una botella de combustible.
“Nunca vengo en auto, siempre en bicicleta. Era la primera vez. Yo estaba en clases, me vinieron a avisar que había un auto que estaba en llamas y cuando salí ví que era el mío”, detalló a POPULAR Paula Puglia, quien, al mismo tiempo, remarcó: “No lo conozco a este chico, nunca fue alumno mío. Pero tengo miedo, por mis alumnos y compañeros de trabajo”.
La docente damnificada agregó que “se acercaron familiares del menor a pedir perdón cuando los bomberos estaban apagando el incendio”. “Dicen que no lo pueden controlar. Me preocupa porque es un chico que no valora su propia vida y seguramente tampoco la de los demás”, confesó Puglia.