Así es como se puede observar que el perro corre detrás de los gatos, conejos y otras especies, a la vez que los gatos lo hacen detrás de los pájaros, ratones e insectos.
Según afirman los especialistas en conducta animal, la convivencia entre perros y gatos es posible, de hecho se conocen numerosos ejemplos en los que no se produce ningún problema. Sin embargo para quienes aun no lo lograron, algunas investigaciones llegaron a determinar consejos claves para conseguirlo.
La forma más eficaz de conseguir una convivencia en paz, alegre y llena de compañerismo, es criándolos juntos desde cachorros. Porque de esta manera aprenden a compartir tanto el espacio como los juegos, como algo normal, con naturalidad.
Sin embargo, conviene tener en cuenta que si no se criaron juntos y se pretende hacerlos convivir de adultos, resulta mucho más fácil la convivencia cuando el gato ha sido el primero en vivir en la casa y el perro siendo cachorro, el que llega después.
Esto se debe a que los perros se adaptan más fácilmente a los cambios, aunque no les resulta fácil tolerar que un “extraño”, ya sea un gato, otro perro grande o un bebé “invada” su territorio.
Cuantos más años lleve el gato o el perro viviendo sólo en una casa, peor sobrellevará la llegada de otro animal. Salvo que sea un cachorrito y pueda observar que no representa una amenaza a su liderazgo. Eso no quiere decir que la convivencia entre perros y gatos será fácil.
En numerosas oportunidades sucede lo mismo que con los humanos, porque ellos también pueden sentir celos si se le prodigan más mimos o se juega más con el otro animal.
También hay que prestar atención al tamaño. Si es desproporcionado o uno es adulto y el otro cachorrito, será conveniente vigilar que, aunque sin querer no se hagan daño jugando o que el pequeño no deje nunca descansar al mayor con sus interminables ganas de jugar.
En cambio si ambos son adultos habrá que demorar un tiempo hasta que compartan el mismo espacio. Lo ideal, según indican los especialistas es, si se dispone de espacio, que compartan zonas próximas y que empiecen a percibir el olor del otro.
Es una forma de hacer en forma sutil que se vayan acostumbrando a esa otra presencia animal, hasta que llegue el día en que finalmente se conozcan. En ese momento tan especial para dos mascotas muy sensibles, es aconsejable que antes de las presentaciones hayan comido, y que el día elegido sea en un ambiente calmo, que contribuya a que no estén nerviosos.
Si el propietario tiene la posibilidad de elegir, será conveniente que busque especies tranquilas y que no tengan un instinto cazador acusado, si los que van a convivir no son cachorros.
Otro aspecto a tener en cuenta es el respeto por el espacio propio. Si la convivencia comienza a darse en forma armoniosa, es importante que cada uno tenga su propio espacio para comer y descansar. También considerar que si uno de los dos tiene un mal día, lo ideal será que lo pasen separarlos en la casa, aunque sea durante unas horas, para evitar enfrentamientos.
Los especialistas aseguran que si bien la convivencia entre perros y gatos no es fácil, por pertenecer a especies diferentes, si se crían juntos desde cachorros o si se les presta especial atención y se les tiene mucha paciencia , se puede lograr una feliz convivencia.
Un aspecto a tener en cuenta es no apurar la relación. Hay que darles tiempo a que se adapten, y esa es quizá la mejor herramienta para que terminen conviviendo. También hay que tener en cuenta que la posibilidad de observarlos como comienzan a convivir armoniosamente dos especies distintas, le otorga a los seres humanos la posibilidad de aprender muchas cosas de
las relaciones “animales”.
La educación es fundamentalTener la posibilidad de observar como conviven perros y gatos, y como lo hacen con otras especies como pájaros, conejos o hamsters, además de resultar bastante curioso y entretenido,
también enseña a los humanos buenos modales y educación para convivir en armonía.
Las personas que aman y disfrutan de la compañía de animales domésticos tienen que tener en
cuenta que la convivencia con uno o más animales no se limita solo a mantener un ambiente adecuado en la casa ni a cumplir con las necesidades básicas del animal.
Para poder tener una buena relación de cariño y afecto con las mascotas, hay que establecer una relación que no se consigue de la noche a la mañana y en la que juega un factor importante que es la buena educación.
Los perros son sin duda las mascotas más sociables y las que más disfrutan del trato con
humanos. Necesitan atención, reclaman que su dueño juegue con ellos , desean tener su afecto, disfrutan de salir juntos a hacer ejercicio en el parque, tratan de conocer a otros perros, a las visitas e identifican el olor de otros animales.
Los gatos en cambio son mucho más selectivos, independientes, eligen con quien quieren tener afecto y cariño, no quieren ser molestados en muchas ocasiones, incluso por la familia, y no requieren que los saquen a pasear.
Desde que son cachorros la educación resulta fundamental para lograr una buena convivencia con los seres humanos y con otros animales. Para educar a una mascota jamás se debe agredir o usar la violencia. Será suficiente con hacerle una exclamación aguda como “no”, y recompensar
las buenas actitudes con algo de su agrado.