Si bien como su nombre lo indica, en los casos de “Muerte Súbita” el deceso ocurre naturalmente y de forma inesperada, dentro de la primera hora del comienzo de los síntomas, existen consideraciones a tener en cuenta para saber cómo actuar frente a una situación de emergencia.
Es por eso que, para generar conciencia y herramientas de acción, la Fundación Cardiológica Argentina tuvo la iniciativa de realizar la Semana de la Lucha contra la Muerte Súbita, cuya segunda edición tuvo lugar entre el 20 y 27 de agosto pasado.
Las causas de la muerte súbita y el nivel de incidencia varían con la edad. De acuerdo a estudios internacionales, en menores de 35 años que están haciendo actividad física se producen una o dos muertes súbitas por cada 100.000 personas, debidas mayormente a enfermedades congénitas del corazón.
En mayores de 40 años, en cambio, se produce una muerte súbita cada 18.000 personas que están realizando un deporte, especialmente a causa de isquemia coronaria y arritmias graves. En el caso de los niños se puede dar entre 1 y 6 chicos por cada 100 mil al año y, generalmente, se presenta en los pacientes pediátricos entre el nacimiento y los 18 años, aunque se puede extender hasta los 35.
La primer duda que surge es si se puede prevenir. A pesar de los abrupto del proceso, los estudios indican que cinco de cada diez pacientes que sufrieron una muerte súbita tuvieron síntomas previos. entre los signos de alerta podemos citar: desmayos repetidos, palpitaciones fuertes y dolores de pecho. en relación al cuadro de muerte súbita en sí, la persona afectada se desploma, pierde la conciencia, deja de responder, de respirar normalmente y pierde el pulso.
Frente a este panorama, si alguien cae inconsciente, lo primero que hay que hacer es llamar al 107 o al número local de emergencias médicas y comenzar rápidamente las maniobras de Reanimación Cardiopulmonar (RCP). El Dr. Silvio Luis Aguilera, Director Médico de Vital, explicó que: “según se calcula, por cada minuto de demora en comenzar el procedimiento, se pierde un 10% de posibilidad de sobrevida y más allá de los 5 minutos, la probabilidad se reduce considerablemente. La RCP puede ser la diferencia entre la vida y la muerte”, destaca el profesional y comparte los pasos básicos a seguir para quienes nunca hayan practicado esta técnica.
* Verificar que la escena sea segura para uno ante todo.
* Asegurarse de que la víctima se encuentre sobre una superficie firme.
* Ver si la persona responde. Si no responde, llamar al servicio de emergencia.
* Observar si respira con normalidad. Si no respira con normalidad, o no respira, colocarse de rodillas de manera perpendicular al cuerpo de la víctima (adulta).
* Poner una mano sobre el centro del pecho y la otra por encima y, con los brazos firmes y sin flexionar los codos, comenzar a realizar compresiones con fuerza, rápidamente y de manera constante (el ritmo y frecuencia debe ser de, al menos, 100 compresiones por minuto).
* Es importante tratar de hacerlo hasta que la víctima se recupere o hasta la llegada de la ambulancia. Si es posible y existe la disponibilidad, emplear un Desfibrilador Externo Automático (DEA).