El concejal de Esteban Echeverría por Cambiemos Carlos Curestis, quien había sido brutalmente agredido el 22 de octubre, durante las elecciones, fue amenazado. “Si seguís con la denuncia te vamos a matar y vamos a tomar represalias con tu familia”, le advirtieron.
Aunque el caso tomó trascendencia el jueves, las comunicaciones las recibió en su celular el domingo 29, una a las 6 y otra alrededor de las 10 de la mañana.
“Estamos con mucho temor, nos mudamos transitoriamente y hemos modificado nuestra vida, tratando de no hacer siempre lo mismo, colocando rastreadores a los celulares o apagándolos los fines de semana para tener un poco de tranquilidad”, comentó preocupado el legislador comunal.
En diálogo con DIARIO POPULAR, Curestis dijo “no entender” los motivos por los que lo han agredido y amenazado y por el momento se excusa de relacionarlo con determinado sector político, pero recalcó que es “inusual” semejante nivel violencia.
“Soy un concejal de bajo perfil, que no proviene de la política, no estoy enfrentado con nadie, sólo me sumé para construir, por lo que no entiendo porqué me apuntan a mí”, relató quien también preside el Rotary Club de Canning.
En la sesión extraordinaria, cuando todas las bancadas aprobaban una comunicación repudiando unánimemente la agresión sufrida por Curestis, éste les confió las amenazas telefónicas que había recibido lo que preocupó sobremanera a todo el arco político del distrito.
El concejal de Cambiemos recordó que tras la golpiza recibida, que lo mantuvo internado en el Hospital Santamarina, recibió la solidaridad de autoridades provinciales y locales.
Curestis actuaba como fiscal general de la Escuela 32, cuando mientras mantenía una reunión con los otros fiscales, fue abordado por una mujer que le pegó en el rostro y a continuación recibió un puñetazo de un hombre que lo deja tirado en el piso, donde junto a otras personas continúan golpeándolo hasta que una fiscal se tira sobre él y logra detener la agresión.
Llevará los casos a juicio
El concejal macrista Charlie Curestis aseguró a este medio que pretende que su caso llegue a juicio. “Sé el riesgo que corro, pero es necesario terminar con este tipo de prácticas”, subrayó.
En ese sentido, dijo que “extrañamente” sus agresores, que fueron identificados, no están detenidos, y que la UFI N° 1 busca determinar de dónde provinieron las amenazas.
“Confío en que la justicia pueda esclarecer estos hechos y pueda condenar a los responsables de estos actos”, concluyó.