Chacras de Coria y Luján de Cuyo forman un paseo que permite disfrutar de los más típicos paisajes mendocinos y visitar las principales obras de riego de su oasis, además, hay múltiples atractivos como el Santuario de la Virgen de la Carrodilla, la villa veraniega de Chacras de Coria, el Museo Provincial de Bellas Artes Emiliano Guiñazú, Casa de Fader, el dique Cipolletti y la refinería de IPF, segunda en importancia nacional.
Este es un circuito de 59 kilómetros por camino pavimentado, apto para toda temporada, presenta mayor interés en otoño por la belleza del paisaje y en verano por la posibilidad de ver espléndidos viñedos con sus frutos... Yendo por el Carril Cervantes se pueden ver magníficos plátanos, que es uno de los característicos caminos semi rurales mendocinos que han alcanzado el desarrollo de las áreas urbanizadas.
Cerca de 500 metros más adelante se puede ver la enorme silueta de la Cervecería de Cuyo y Norte Argentino. Sus instalaciones conjugan gigantescos tanques de acero y modernos edificios de hormigón armado con buenas construcciones de ladrillos de principios de siglo.
A 900 metros se llega al conjunto Historia de la Carrodilla.
El nombre Chacras de Coria data del siglo XVI, cuando fue propiedad de Juan de Coria y Bohorquez, quien encauzó el río y plantó los primeros árboles de Castilla. En este distrito veraniego de Mendoza se alternan quintas, viñas y olivares con bonitas casas de fin de semana, que disfrutan del espléndido microclima.
Al cruzar el arroyo seco, se debe continuar por calle Italia hacia el Sur y acercándose al centro de la villa se encuentra la Plaza, delicioso rincón florido. Por las noches se realzan las simpáticas retretas pueblerinas, reuniones con música.
Enfrente se puede ver a la pintoresca Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de estilo neocolonial, que da a la villa una clara imagen de pequeño pueblo.
Siguiendo por ese camino se llega a Luján de Cuyo, cabecera de un pujante departamento agropecuario, minero e industrial. Su auge data de la década de 1880, cuando tuvo un notable progreso en irrigación con la construcción del Dique Derivador.
Esta zona tiene calles anchas, bordeadas por frondosos árboles, que invitan a emprender caminatas e ir descubriendo sus tesoros urbanos.
La Plaza principal es un espacio que convoca a los artesanos que reúnen gente de la región en curiosas ferias, artistas callejeros que sorprenden a los visitantes con obras de teatro, músicos y titiriteros, un espectáculo imperdible.
Uspallata, por su parte, es una seductora villa de montaña, a pocos kilómetros de Chacras de Coria. Aparece enclavada en un bolsón longitudinal en el valle de su mismo nombre, hacia el noroeste de la ciudad de Mendoza y en cercanías al imponente Aconcagua.
Bañada por las aguas del Río Mendoza y los arroyos San Alberto y Uspallata, exhibe su atractiva vegetación albergando al turismo con la característica calidez cuyana. Esta es una zona de amplias calles plenas de alamedas que, a su vez, brindan sombra durante los paseos diurnos y embellecen el paisaje con sus formaciones y sus verdes.
Serena, aunque potencialmente recreativa, esta villa mendocina invita a deleitarse con la tranquilidad y seguridad de su territorio, así como a desafiar el terreno montañoso en la práctica de aventuradas actividades.