En el territorio se pueden determinar cuatro subregiones con características de relieve propias, la
Meseta Misionera, las
Planicies y Esteros Correntinos, las
Lomadas Entrerrianas y las
Tierras Bajas del Delta del Paraná. La primera se corresponde con la provincia de
Misiones e incluye además de la meseta que forma parte del macizo brasileño, tres grupos de sierras: las de la Victoria , las de Misiones y las de Imán. Las de Victoria poseen las cataratas del
río Iguazú, que constituyen una reserva natural casi única en el mundo.
Las zonas de planicies y esteros comprenden el noroeste de la provincia de
Corrientes, es una tierra baja y anegadiza ocupada por las
aguas fluviales que forman bañados y esteros, entre los que se destacan los del
Iberá y de las
Maloyas.
Hacia el centro de la provincia comienzan las lomadas, que se extienden hasta el Norte y centro de
Entre Ríos. Este territorio se caracteriza por tener un terreno de mediana altura que preenta elevaciones de suave pendiente.
La región mesopotámica dispone de una importante riqueza forestal, los bosques misioneros llegan a cumplir 20 mil hectáreas con las más ricas variedades arbóreas, como el pino de Brasil, el cedro, el lapacho y el peteribí.
En
Corrientes se encuentran el urunday, la palmera, el algarrobo , el chañar y el espinillo y
Entre Ríos cuenta con álamos, sauces, algarrobo blanco y timbó. Con respecto a la fauna el
Parque Nacional Iguazú es hábitat de gamos, serpientes, coatíes, carpinchos, papagayos, tucanes, garzas, osos hormigueros y variedad de peces, como el salmón, pira pira y dorado. Posadas, capital de la provincia de Misiones y cabecera del departamento Capital, se ubica sobre la margen izquierda del río Paraná.
Es la ciudad más poblada de
Misiones y su centro administrativo, comercial y cultural. En sus comienzos se forjó alrededor del puerto sobre el río Paraná, y su crecimiento tardó en concretarse por ser una de las últimas zonas del territorio argentino en poblarse. Admirada por su perfecta combinación de cultura y modernismo, Posadas es un sitio donde la historia brota a cada paso, manteniéndose siempre presente.
Museos, ruinas y puestos artesanales constituyen la opción más agraciada en esta ciudad capital, sin agotar su cartelera turística, que se extiende hasta ajestuosos pasajes, paseos y entretenidas actividades.
El pasado de la ciudad de Posadas se encuentra íntimamente ligado a las misiones jesuíticas, y no menos su presente porque aún hoy las ruinas que se alzan a su territorio funcionan como magnético atractivo para miles de turistas que se acercan a contemplar aquellos restos magníficos.
Recorrer estos derroteros asombrándose con la majestuosidad de sus construcciones es ya un circuito intistucionalizado en la capital provincial, que incorpora cada vez mayores escalas a su itinerario cultural. Es que si bien las ruinas jesuíticas más conocidas son las de
San Ignacio Miní, un espectacular trabajo de restauración de lo que fue aquel lugar en su época de esplendor, existen en el camino otras reducciones que, a pesar de su menor jerarquía , resultan apasionantes por encontrarse en un estado más natural y mimetizadas con la selva.
Entre estas ruinas resaltan
La Candelaria, las de
Santa Ana y las de la misión de
Nuestra Señora de Loreto. También es importante conocer los museos como el
Regional Aníbal Cambas, a través del cual puede conocerse la historia de toda la provincia de Misiones, y puestos donde se exhiben y comercializan artesanías tradicionales de los pueblos originarios, completan este recorrido donde la antigua Posadas se mezcla con la moderna y turística capital misionera.