A través de las redes sociales y las protestas realizadas por algunas personalidades públicas, se viralizó la tendencia del “free bleeding”, es decir, el sangrado libre, que consiste en no utilizar ni toallitas íntimas ni tampones durante la menstruación.
El free bleending tiene dos caras, ambas relacionadas con el movimiento feminista. Por un lado, es un símbolo de protesta en contra del conocido “impuesto rosa”. Todos los meses las mujeres atraviesan el proceso natural de la menstruación, lo cual las obliga a utilizar algún método higiénico, que además representa un gasto fijo adicional. También, como una forma consciente de actuar respecto al impacto que estos elementos producen en el medio ambiente.
Por otro lado, es una postura política, que va de la mano de la libertad de las mujeres: sangrar libremente, sin tabúes y evitando el pensamiento arcaico de que la menstruación es algo sucio y vergonzoso que se debe mantener en secreto. La menstruación es un proceso natural del cuerpo de las mujeres producto del desprendimiento del endometrio tras finalizar un ciclo en el que el óvulo no ha sido fecundado, por lo cual, no tiene por qué ser oculto.
Cada vez hay más consultas por vasectomías
Algunas mujeres adoptaron esta práctica de no utilizar ningún tipo de artículo higiénico que evite que la sangre de la menstruación manche la ropa, para cada ciclo, otras en determinados momentos, a modo de protesta. En esta línea, distintas personalidades femeninas han mostrado su menstruación en público para generar conciencia sobre lo tóxico y caro que son los productos higiénicos, y lo natural del sangrado.
La especialista en Tocoginecología, Melisa Pereyra, explica que esta tendencia “va de la mano de la lucha por el empoderamiento femenino, el reconocimiento de nuestro cuerpo y entender nuestra biología”. Y al hablar de libertad, “está en cada una cómo quiere gestionar su menstruación, y este movimiento empieza por reconocer el respeto por nuestro cuerpo”.
La utilización de toallitas o tampones, al ser productos sintéticos, tienen efectos en la salud de la mujer. “Si pensamos en que algunas son alérgicas, y además muchos de estos productos tienen blanqueadores y perfumes, irritan la piel sensible de la vulva, produciendo infecciones vaginales a repetición y flujos. Estas afecciones están actualmente en crecimiento, y por eso se aconseja no utilizar productos descartables”, asegura la especialista.
Además de estos métodos descartables, popularmente utilizados, existen nuevas formas de contener en sangrado. Por un lado la copa menstrual, que consiste en un recipiente de silicona médica que se introduce en la vagina durante el ciclo menstrual. La copita no absorbe, solo junta el sangrado en su interior y luego de unas 8 horas, es necesario retirarla, vaciarla, lavarla y volver a colocar.
También se desarrolló en los últimos años ropa interior con tecnología de absorción, “que son bombachas aptas para absorber ese flujo menstrual. Si bien en Argentina aún no están en el mercado, es una buena opción para que las nenas comiencen a relacionarse con su ciclo”. Existen además unas esponjas marinas que se colocan dentro de la vagina y absorben el sangrado, pero para uso hay que ser extremadamente cuidadosas.
Además, estos productos innovadores resultan más económicos y eco amigables. Cada toallita o tampón demora unos 200 años en biodegradarse; causando durante todo ese tiempo una contaminación irreversible.
La copa menstrual, bien esterilizada y guardada, puede durar hasta cinco años. En contraposición, los métodos descartables deben ser cambiarlos cada cuatro horas. Si pensamos en el costo, actualmente en Argentina, un paquete de 16 toallitas de primera marca cuesta alrededor de $100, mientras que un pack de 8 tampones de la misma línea sale $75. Calculando un período menstrual de 5 días, se utilizarían aproximadamente 360 toallitas por año, con un costo de alrededor de $2300 anuales.
Otra práctica que va de la mano con el free bleeding es la de ejercitar el suelo pélvico para retener la menstruación. Para esto, se realizan ejercicios de Kegel para lograr tonificar los músculos que contienen los órganos reproductivos de la mujer. “Estos músculos son los encargados de las contracciones cuando tenemos orgasmos, de retener la orina cuando tenemos relaciones sexuales, y en este caso, al entrenarlos, cuando una siente que le baja la menstruación, al contraerlos puede controlar dónde quieren eliminar ese sangrado”, explica Pereyra.
Claro que esto hay que hacerlo a conciencia y con guía, ya que una sobrecarga en los músculos pueden generar problemas, por eso se recomienda siempre la consulta con un especialista. En las tiendas donde venden copas menstruales suelen ofrecer una pelotitas que sirven para este ejercicio.
“Como profesional, recomiendo a las mujeres que conozcan todos los métodos para elegir el que mejor les parezca para gestionar su menstruación. Es una adaptación, pero las nuevas generaciones ya los tienen incorporados y cada vez va a ser más simple el cambio”, finaliza la especialista.