Con más de 800 variedades y una apariencia similar a la de un pequeño árbol, esta planta procede de zonas tropicales y se adapta muy bien a distintos climas. Si está bien cuidado, suele ser un árbol muy longevo.
El ficus es una planta de apariencia similar a la de un pequeño árbol, pertenece a la familia de las moráceas. Existen más de 800 variedades, lo que hace que se puedan encontrar plantas perennes, otras caducas así como arbustos, trepadoras y hasta árboles de gran tamaño.
Procede de zonas tropicales y subtropicales de Europa, Asia, Africa y el Pacífico y se adapta muy bien a distintos climas. Si está bien cuidado, suele ser un árbol muy longevo. Es una de las plantas ornamentales cada vez más habituales entre los amantes de la jardinería y su función decorativa hace que esté presente tanto en el interior de los hogares como en los jardines.
Se pueden tener en macetas, pero habrá que cambiarlos a una más grande cada cierto tiempo, ya que son plantas, sobre todo cuando son jóvenes, que crecen en forma rápida, y si no disponen de espacio suficiente para las raíces se pueden estropear, por lo que es recomendable trasladarlas a otro recipiente un poco más amplio aproximadamente cada dos años.
Con relación a los riegos deberán ser moderados, ya que a los ficus los perjudica el exceso de agua, lo que da lugar a la caída de sus hojas inferiores. La forma ideal de suministrarles agua es situando la maceta encima de un plato con agua para que la planta la vaya tomando por abajo a medida que lo necesite.
Tampoco hay que abonarlo demasiado, salvo que se detecte que está produciendo yemas. En ese caso necesitará del apoyo de una discreta alimentación basada en fertilizantes líquidos.
La mejor forma de conseguir plantas nuevas es hacerlo por esquejes. Se trata de cortar una rama que tenga dos o tres hojas y meterla en un vaso con agua, durante algunas horas, para que se elimine el látex.
En los ficus trepadores se puede plantar el esqueje directamente en una maceta nueva. También se puede untar la zona de corte con hormonas de enraizamiento. Para que tengan una forma llamativa y resulten frondosos, conviene podarlos durante la primavera.
Hay que quitar las ramas que se observen que están en mal estado y aquellas que hayan crecido en forma irregular. En los ficus elástica, que suelen crecer demasiado es recomendable cortar la yema principal, para detener el crecimiento a lo alto y favorecer, de este modo, el desarrollo en horizontal.
Además, la poda favorece la aireación de la planta y evita que se caigan las hojas. Para brindarle a la planta un cuidado óptimo, hay que saber que tanto la falta como el exceso de riego provocan el mismo efecto en los ficus, se marchitan y caen sus hojas. Este es uno de los problemas más comunes que conviene evitar porque las hojas son su principal atractivo. El exceso de riego, en el caso de los que se desarrollan en maceta, puede producirse al mantener el ejemplar sobre un plato anegado de agua, ya que provoca además la pérdida de su vistoso colorido.
Para retirar el exceso de agua, es necesario sacar el ejemplar de la maceta, teniendo mucho cuidado de no dañarlo, y secar el pan de tierra con papel absorbente. Si no se logran buenos resultados, será conveniente intentar recortar su sistema de raíces y su parte aérea en forma proporcional, para impedir que el ejemplar requiera mayor cantidad de nutrientes que los que puedan adquirir sus raíces y así reducir la humedad que dispone el sustrato.
Otro aspecto a tener en cuenta es el control de parásitos. Siempre resulta más eficaz la prevención y la vigilancia continuas. Resulta muy útil aplicar sobre el sustrato un insecticida sistémico cada dos meses, para evitar que sean atacados por dos de sus principales plagas, la araña roja y la cochinilla.
Conviene tener en cuenta que cuando el ficus tiene algún problema, reacciona normalmente tirando hojas. Sin embargo, aunque quede totalmente pelado, no hay que descartar la planta, ya que tiene capacidad para rebrotar de nuevo. Se la puede ayudar con abono.
Esta planta requiere mantenerse a una temperatura de entre 18 a 20 grados. Por eso es recomendable que durante las épocas de frío se introduzcan los ejemplares en el interior de la casa, antes de que las temperaturas empiecen a perjudicarlo, si es que están en macetas.
De esta forma se evitará que el ficus note los cambios bruscos de temperatura que no benefician a ninguna planta y que inevitablemente se producen cuando una maceta se cambia de lugar.