Son virtuosos y, cuando tienen que pelar, lo hacen. Pero en el tercer disco a dúo Juan Falú y Marcelo Moguilevski están en otro plano, en otro plan de juego.

Tocan rápido sólo si la jugada se los pide, pero como dos enganches veteranos corren menos y entienden mejor que atletas y malabaristas la geometría del campo... y la emoción. ¿Y cómo llegan a ese lugar? A veces con una pausa, con una tensión que se mantiene, una demora. Así ocurre, por ejemplo, en Si Llega a ser Tucumana y, especialmente, Zamba de Lozano -tan versionada y siempre fresca-, que no por casualidad son del Cuchi Leguizamón. En el otro extremo -y también es imperdible- está la urgencia de La Cruzadita, de Pepe Núñez o La Vieja, de los Hermanos Díaz.

Cuando se trata del guitarrista y el músico de los vientos, se supone que se habla de material instrumental. En los temas nombrados hasta ahora, es así. Pero también cantan. Moguilevsky sorprende gratamente en Pan del Agua, de Ramón Ayala y Falú muestra de nuevo esa sensibilidad íntima y gozosa en Vidala del Imposible, de Juan Carlos Franco. El disco se llama Ayer es Siempre, seguramente por la idea no conservadora de cultivar la tradición y también por la persistencia de los afectos: el nombre del disco es un tema de Falú dedicado a su "hermano que partió", como siempre dice. Juan ya había dedicado Vida de Lucho a su hermano desaparecido, cuyos restos fueron recientemente identificados. Antes de la identificación, en diciembre, falleció otro hermano, José Ricardo. Es el único tema propio de este cd grabado en vivo de dos habilidosos que tiran y tiran paredes, que disfrutan caminando la cancha y que no festejan con una coreografía sino con un guiño sutil.


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