La pelea más promocionada del año (¿tal vez de la historia?) entró en la recta final casi sin darnos cuenta. Y un acontecimiento de tal magnitud curiosamente no lo disputarán dos boxeadores, sino uno (Floyd Mayweather) contra un debutante que proviene de un deporte de contacto que no es el boxeo, sino las MMA, quizá el más atractivo de todos los deportes de contacto, al menos el más novedoso.
El irlandés Conor McGregor, su estrella emblema, será el rival de turno. Un ‘no boxeador’. La paradoja está planteada desde el vamos, por su defecto de origen: la lucha entre palos distintos, de deportes distintos, representados por sus máximos exponentes, alimentada por matices que serán únicos por donde se los mire, destinados a marcar historia y a batir records.
Sin ir más lejos, de por sí es incongruente que haya tenido que ser alguien fuera del boxeo quien hiciera reaparecer a Mayweather de su pseudo retiro, a los 40 años y con 2 de inactividad, cosa que no fue capaz de conseguir ningún otro colega suyo.
No será por título mundial (Mayweather ya no es más campeón), pero será a 12 asaltos y en categoría superwelter (69,850), a realizarse en el T-Mobile Arena de Las Vegas, televisada en directo para nuestro país a partir de las 21:00 por FOX Action (263 de Cablevisión), al que pueden acceder quienes tengan o adquieran el paquete de FOX. La pelea de fondo irá a las 0:30.
Será además la lucha entre un emblema boxístico, considerado hasta hace poco el mejor libra por libra del mundo -invicto en 49-0-0, 26 KO y ex campeón de 5 divisiones diferentes- que estaba retirado, contra el de las MMA, deporte donde no existe la cuenta de protección, con patadas, rodillazos, codazos, llaves, estrangulamientos, luchas, derribos, quebraduras y golpes de puño con giro incluido y guantes de 4 onzas, que nada de eso podrá usar. Será con reglas de boxeo, por lo que McGregor deberá adaptarse a Floyd, y no al revés.
Pero si bien Mayweather ganó el round cero imponiendo reglas y deporte, McGregor ganó el promocional, porque tapó a Floyd con su verborragia en las 4 conferencias que se llevaron a cabo en Los Angeles, Nueva York, Toronto y Londres, tal vez propiciado por el propio yanqui, que prefirió dejarle ese rol al irlandés y que sea él quien haga de payaso.
Lo que asombra es que el irlandés haya ganado un round más, con lo que se arregló recientemente, que no es un dato menor: pelearán con guantes de 8 onzas y no de 10, como correspondería a la categoría superwelter, lo cual supone una ventaja para el irlandés, ya que el menor onzaje favorece al que más pega, y ése es McGregor.
Basta con recordar la polémica generada con El Chino Maidana por el tema de los guantes cuando iba a pelear ante Floyd, que casi trunca su match el día anterior, y eso que en aquel entonces lo que se discutía eran las marcas, no las onzas.
Y hablando de records, esta pelea, que algunos no reconocen como de boxeo, paradójicamente se piensa que batirá las marcas por venta de PPV, ya que se calcula que superará el que ostentaban Mayweather-Pacquiao con 4,4 millones de suscriptores.
Aquí se espera que sean 4,5, y hubo un momento en que se presumía una cifra mayor. A la vez será la más cara, porque además del precio del PPV (U$ 89,95 el estándar, y 99,95 el HD, también record de costo), las 20.000 personas que acudan al T-Mobile, pagarán entre U$ 500 y 10.000 de entrada, aunque hasta hace unos días la venta era lenta y sobraban boletos por todos lados.
McGregor tiene 29 años y un record de 21-3 en MMA, con 18 KO (15 en el 1º round), 1 sumisión y 2 por puntos. Debutó en 2008 y recién en 2013 lo hizo en la UFC. Perdió sus 3 combates por sumisión, dos ante compatriotas (Joe Duffy y Artemij Sitenkov) y otro ante el yanqui Nate Díaz, a quien en la revancha venció por puntos. Ahora deberá adaptarse de su acostumbrada jaula en un octógono, a un ring de 6 x 6 con 4 cuerdas por lado.
Pero la adaptación le traerá aparejado una cifra para nada despreciable de 100 palos verdes -según se calcula-, escasos, comparados con los 200 ó 300 que espera cosechar Floyd, quien asegura que ésta será ‘su última victoria’ y se retirará para siempre.El match tiene el atractivo del absurdo, el contrasentido y la paradoja, que son las que sobresalen en este evento.
Y acorde a eso, los resultados a veces suelen reflejar con lógica los procesos. ¿Triunfará lo insólito o la lógica?