Hubo un tiempo en el que era un frecuente en el cine el dicho de "segundas partes nunca fueron buenas", en referencia a la incipiente industria de secuelas de filmes exitosos.
El tiempo pasó y surgieron películas como Superman II, El Imperio Contrataca, Cocoon II, y Gremlins 2, entre muchísimas otras, que no sólo estuvieron a la altura de las circunstancias sino que incluso superaron a la obra original.
Claro que por cada uno de estos ejemplos había por lo menos 3 de los otros (estadística que se mantiene en la actualidad); pero de todas maneras la frase dejó de ser tan utilizada y pasó a convertirse en expectativa por parte del público.
Hotel Transylvania 2 es un filme que se ubica en un término medio entre esos dos conceptos porque si bien no logra ser mejor que la primera entrega –estrenada en 2012-, su interminable catarata de gags y su genial despliegue imaginativo dejan en un segundo plano la falta de sorpresa.
El responsable de que esto ocurra no es otro que el genial Genndy Tartakovsky, un director de origen ruso que hace más de 20 años trabaja para la industria de animación norteamericana, en la que ya dejó su huella con clásicos como El Laboratorio de Dexter, Samurai Jack, Star Wars: Las Guerras Clónicas y Titán Sim-Biónico.
Con semejante currículum, no es extraño que el filme no presente altibajos durante sus 89 minutos de duración.
¿La historia? El Conde Drácula ha superado su rechazo hacia los humanos y permitió que su hija Mavis se case con su prometido Jonathan al tiempo que abrió las puertas de su hotel exclusivo al público en general.
El tiempo pasa y Drac se convierte en abuelo de Dennis, un niño más parecido –para su desesperación- a su padre que a su madre vampira; por lo que concentrará sus esfuerzos en convertirlo en un digno heredero mientras espera que algún día le crezcan los colmillos.
Para cumplir su cometido, y aprovechando un viaje de los padres a los Estados Unidos, Drac se embarca junto a sus grandes amigos –esto es Frankenstein, el Hombre Lobo, la Momia, el Hombre Visible y la Mancha voraz- en una aventura que los llevará por pueblos llenos de humanos a los que asustar, e incluso una escuela para vampiros.
Semejante delirio, por supuesto pensado para los más pequeños, fue llevado a la gran pantalla con el mismo grado de atención en lo que humor y calidad respecta por lo que aquellos que se vieron gratamente sorprendidos por la primera entrega, de seguro le seguirán el juego a Tartakovski, que dejó de lado la adaptación animada de Popeye para poder realizar este film.
Lo único que se echará en falta en muchas cadenas de cines será –y esto para los puristas absolutos- las voces originales de destacados actores como Adam Sandler, Steve Buscemi, David Spade, Fran Drescher, Mel Brooks, Andy Samberg Y Selena Gómez, entre otros.
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