Contratapa
Los cuatro invitados de Sebastián Wainraich -Adrián Suar, Diego Torres, Ricardo Darín y Natalia Oreiro- facilitaron las cosas en el debut, generando una charla muy divertida en donde abundaron referencias al sexo y anécdotas juveniles imperdibles de las cuatro figuras.
Ayer arrancó la versión 2011 de La Biblia y el Calefón, el recordado ciclo de Jorge Guinzburg que ahora tiene a Sebastián Wainraich como conductor. Lo mejor que pudo hacer Wainraich, precisamente, es tratar de ser él mismo y no parecerse a Guinzburg, aunque la comparación fue inevitable, especialmente ante la recurrencia a ciertos chistes guionados que -tal como le ocurriera al propio Jorge Guinzburg- le quitaban al conductor lo mejor de sí: la repentización y la respuesta rápida improvisada. No obstante, con invitados que “reman” cualquier nota como Ricardo Darín, Diego Torres, Adrián Suar y Natalia Oreiro, la charla fue encontrando rápidamente un tono picante y divertido.
¿Se filmaron alguna vez teniendo sexo o usando algún producto?, disparó Sebastián Wainraich sin anestesia. Y tras varias evasivas, se escucharon respuestas como: “A mí me gusta la bata” (Darín) y “el sexo con la matapasiones (la media tres cuartos) es un bajón”. “Los disfraces calientan a los tipos... alguna vez los usé. Me disfracé de enfermera y de mucamita también”, disparó Oreiro, la esposa de Mollo. Diego Torres dijo que “más que las enfermeras me calientan las azafatas. Yo tenía un amigo español al que le habían hecho tantas multas que le gustaba vestir de policía a la mujer”. Y luego agregó: “A los juguetes de placer hay que pedirlos a la carrera: ‘¡Dame el diario, un paquete de caramelos, el anillo del placer y tal cosa’”, ejemplificó.
En otro orden de cosas, Oreiro confirmó que el nombre del hijo que tendrá con Mollo será Merlín, a lo que Suar dijo: “Nunca un Juan, un Pedro” y Darín agregó: “O un Jonathan, que es tan nuestro”. En otro momento, Natalia contó la anécdota de cuando era chica y en el jardín de infantes la encerraban en una sala oscura cuando se portaba mal, en donde ella desarrolló un extraordinario sentido de la audición para escuchar de habitación a habitación. También contó su manía de “mantener la tapa del inodoro cerrada para que no se escape el chi, la energía positiva que se fuga por ahí”. Los restantes invitados bromearon sobre el tema, especialmente Diego Torres que dijo que “el problema del inodoro es que está asociado a momentos de mie...”.
¿Se filmaron alguna vez teniendo sexo o usando algún producto?, disparó Sebastián Wainraich sin anestesia. Y tras varias evasivas, se escucharon respuestas como: “A mí me gusta la bata” (Darín) y “el sexo con la matapasiones (la media tres cuartos) es un bajón”. “Los disfraces calientan a los tipos... alguna vez los usé. Me disfracé de enfermera y de mucamita también”, disparó Oreiro, la esposa de Mollo. Diego Torres dijo que “más que las enfermeras me calientan las azafatas. Yo tenía un amigo español al que le habían hecho tantas multas que le gustaba vestir de policía a la mujer”. Y luego agregó: “A los juguetes de placer hay que pedirlos a la carrera: ‘¡Dame el diario, un paquete de caramelos, el anillo del placer y tal cosa’”, ejemplificó.
En otro orden de cosas, Oreiro confirmó que el nombre del hijo que tendrá con Mollo será Merlín, a lo que Suar dijo: “Nunca un Juan, un Pedro” y Darín agregó: “O un Jonathan, que es tan nuestro”. En otro momento, Natalia contó la anécdota de cuando era chica y en el jardín de infantes la encerraban en una sala oscura cuando se portaba mal, en donde ella desarrolló un extraordinario sentido de la audición para escuchar de habitación a habitación. También contó su manía de “mantener la tapa del inodoro cerrada para que no se escape el chi, la energía positiva que se fuga por ahí”. Los restantes invitados bromearon sobre el tema, especialmente Diego Torres que dijo que “el problema del inodoro es que está asociado a momentos de mie...”.
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